Volemos 2 (yaoi), [kagehina] [daisuga]

Capítulo 11 parte 6

Takashima sintió que su mundo se venía abajo, que el suelo era arena movediza y lo comenzaba a tragar... lo último que vio fue la cara de Tanaka modulando algo. Tanaka tenía a Taka chan en brazos ahí cual trapo en desuso, todo desparramado, lacio y pesado. La gente alrededor miró en su dirección pero no se daba cuenta, lo principal, en lo que estaba todo su ser enfocado era en hacer reaccionar al pequeño, lo primero que hizo fue mover la silla con sus piernas así las piernas de Taka chan caería en el suelo. Lo logró pero en el acto pasó a llevar la mesa volcando la copa que comenzó a escurrir el helado derretido por un costado, poco importaba, estaba asustado, nunca antes alguien se había desmayado en su presencia. Fueron treinta segundos del terror, Taka chan estaba más pálido que de costumbre, tenía un color cetrino, con su mano derecha abanicaba su rostro para que le llegara aire, no sabía a ciencia cierta si esto era de ayuda pero en su desesperación actuó por inercia, las películas sí dejaban información en tu subconsciente, que fuera adecuada o no era otro el problema. Tanaka respiraba rápido, no entendía el motivo por el cual Takashima se había desvanecido, para él era tan obvio que era homosexual por lo que jamás se le pasó por su mente que el ser descubierto hubiese provocado el problema.

- Taka chan... oye, abre los ojos... – Lo sujetaba firme, como un príncipe a su bella durmiente, la mesera se acercó.

- ¿Llamo a una ambulancia? – preguntó con su teléfono en mano.

Tanaka no escuchó estaba muy pendiente de los párpados de Takashima, estos se movieron hacia arriba, Taka chan estaba reaccionando. Lo primero que ve Takashima fue el bello rostro de su amor platónico que ahora tenía una expresión de sopor, parpadeó varias veces, no entendía que sucedía, "¿estoy soñando?... ¿por qué Tanaka me mira así?...", comenzó a escuchar el ruido ambiente, se fijó que había más gente a su alrededor observándolo, notó el calor de los brazos que lo rodeaban, eran de su Tanaka, "un momento, wait", intentó enderezarse pero los fuertes brazos de su acompañante se lo impidieron.

- No creo que sea buena idea que te levantes de inmediato – le dijo Tanaka con una sonrisa enternecedora.

- Pero...

- Quédate unos segundos así...

"Ay que vergüenza pasé esa vez, menos mal no pasó a mayores", Taka chan patinaba distraído en sus pensamientos, rápido, más rápido, patinaba intentando escapar de sus inseguridades que iban pegadas en su espalda, "tranquilo, Tanaka se preocupa por ti, es sólo que aún no la olvida, pero yo seré lo suficientemente capaz de hacerlo olvidar... ay no me la creo ni yo... si sólo fuera más alto, o tal vez hermoso, o si... wait, deja de pensar así, no te puedes dar por vencido tan rápido, no seas derrotista, el poder de la mente es gigante, ya lo leíste en ese libro, ocúpalo a tu favor".

Hinata ya podía avanzar, deslizarse era difícil en un principio pero le encontró el truco al deslizar hacia afuera las piernas de manera consecutiva, iba agarrando vuelo cuando escuchó.

- Hinata idiota, ¡cuidadoooooooo! – la voz de Kageyama le advertía de un inminente peligro.

Se giró – ¿ah? – alcanzó a preguntar antes de sentir el impacto.

Hinata patinó directamente en la dirección de Takashima, éste al estar en las nubes no alcanzó a reaccionar, chocaron y ambos salieron impulsados por la velocidad en que iba Taka chan, el naranjito quedó sentado en el hielo deslizándose por la fuerza del golpe, Takashima cayó mal, se apoyó con su mano derecha y se la dobló en una posición para nada favorable.

- Aaaaaaaah – gritó al sentir el dolor, quedó tirado sobre el hielo, "no, que vergüenza, Tanaka vendrá nuevamente a ver que me sucedió, igual que cuando me desmayé".

Taka chan no podía estar más equivocado, Tanaka no corrió en patines a verlo a él, sí corrió, pero para ponerse al lado de Hinata, Kageyama intentó acercarse lo más rápido posible, ya que los patines le impedían avanzar a la velocidad que él hubiese querido. Takashima yacía doblado de dolor en el suelo pero nadie se le acercaba todos estaban rodeando a la niña de cabellos naranja, "es lo normal, las mujeres son más delicadas", se decía para no sentirse menos.

- Precioso ¿estás bien?.

- Sí Yuu estoy bien, pero parece que Takashima san no tanto – Hinata miró en la dirección del bulto solitario en el hielo.

- ¿Estás seguro?, ¿te duele algo?.

- Amor, ¿estás bien? – Kageyama entró en escena.

- Sí Kageyama, estoy bien.

- ¡Viste!, ¡te dije!, te dije que te podía pasar algo idiota, sabía que te iba a pasar algo, y si ahora no puedes jugar será un desastre, no dejarás de armar escándalo por eso, te lo dije – Kageyama vomitó todo lo que pasaba por su cabeza.

- Ya ¡córtala! – Hinata estaba furioso – ¡estoy bien!, mira – alargó su mano hacia la de Tanaka, éste caballeroso lo ayudó a levantarse –¡taráaaa! – levantó las manos triunfante.

- Hinata... – "¿por qué le pides ayuda a él?, ¿por qué me ignoras?", pensó Kageyama con un nudo en su garganta, odiaba que siempre que estaba ese Tanaka Hinata se apoyara en él.

- No pasó nada – volvió a insistir moviéndose para dejar en claro que estaba en perfectas condiciones.

Suga y Daichi a duras penas llegaron a donde estaba Taka chan, iban hacia Hinata pero al verlo ponerse de pie cambiaron el rumbo y fueron donde yacía el bulto de jean azul oscuro y chaleco negro que se retorcía en el hielo.

- Oye Takashima kun, ¿Estás bien? – preguntó Suga arrodillado a su lado despejándole la cara de su cabello.

Daichi observó que se agarraba el brazo derecho con su mano izquierda, su cara congestionada, sus ojos apretados y el sudor frío que poblaba su frente le decían a gritos que algo no andaba bien.

- No... me duele mucho – a penas podía hablar ya que mientras lo hacía apretaba los dientes con fuerza aguantándose el dolor.

- A ver... déjame ver tu brazo derecho – Daichi alargó su mano para inspeccionar pero Taka chan no lo dejó.

- No... si lo suelto me duele más – dijo haciendo fuerza en su brazo.

- Daichi creo que debemos llevarlo al médico.

En eso llega gente de la pista de patinaje, dos hombres con una camilla, estaban vestidos con un overol de amarillo bien fuerte, casi fosforescente. Dejaron la camilla a un lado.

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Taka chan tirado en el hielo solito me dio pena...
Un abrazo rompe costillas ٩(๑❛ᴗ❛๑)۶ para ustedes.
Mañana el próximo, sin falta.