Capítulo 52 parte 1

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— Hinata... tengo buenas noticias — respondió por fin el ceñudo, cambió el semblante de su rostro.

— ¿De verdad Kageyama?, ¿en serio? — sus ojitos brillaban.

— Sí mi amor — alzó los brazos y los cerró rodeando el torso de su amado que corrió y de un salto se subió sobre él.

Daichi sonrió — Chicos, los felicito, deben demostrar de lo que son capaz, deben dejar bien en alto el nombre del club de voleibol de Karasuno.

— Ossu.

El entrenados estaba fumando escondido, bebía de la lata de coca-cola y miraba la hora en la pantalla de su teléfono, estaba parapetado, no quería estar a solas con su amado Takeda sensei, su sensei se comportaba raro, demasiado raro, cada vez que le hablaba daba un salto, se ponía rojo y tartamudeaba, decía algo inteligible y escapaba, esto era muy incómodo, Kenshin entendía del todo el actuar de Takeda, por este motivo evitaba estar a solas con él.

Takeda estaba dentro del gimnasio conversando con el entrenador de renombre que había venido para arreglar los trámites para llevarse a los alumnos al campamento.

— Sensei le agradezco que haya hecho los trámites legales para que la preparatoria haya dado su permiso, sé que es complicado que los alumnos pierdan clases.

— No hay de qué, lo hago por mis alumnos, ellos se lo merecen. Hinata, el bajito que salta muy alto es un fanático de un ex alumno de acá, al que le llamaban "pequeño gigante", y esto lo ayudará a seguir su sueño. Kageyama, ese tiene el camino libre, sé que no necesita ayuda, su talento es innato, resalta por sobre todos.

— Concuerdo con usted, es impresionante ese muchacho, debo decir que es uno de los mejores armadores que he visto, su precisión es increíble...

"¿Dónde estás Ukai kun?, me dejas acá solo con este señor... ven luego".

— Sensei, ¿sabe si ya les dieron permiso sus padres? — lo miró serio, estaba estático esperando la respuesta.

— Aún no lo sé, cuando lleguen les preguntamos, pero creo que tendrán permiso, es casi imposible que no lo tengan.

— Mmm...

Apagó la colilla en el suelo y la metió en el cenicero portátil, cerró el aparato con un click. "Debo entrar".

— ¡Entrenador!

— ¿Ah? — delante de él estaba el dúo del ataque divino — Wow chicos, tan veloces como siempre.

Hinata y Kageyama tiritaban y "brillaban", salían chispitas de su aura.

— Oh ya veo, les dieron permiso — sonrió encantado.

— Sí — dijeron al mismo tiempo.

— Bien, vamos a dar las buenas noticias a su sensei, que debe estar ansioso.

En la pantalla de Tsukishima...

*Lunita creciente, ¿me has extrañado?, porque yo sí te he extrañado*.

Tsukki se puso rojo, odiaba el apodo de "lunita creciente".

*No*, ese fue su escueta respuesta.

De inmediato recibió el siguiente mensaje *Tan frío como siempre mi lunita creciente, sé que me extrañas, lo sé*

Tsukki no contestó pero sus comisuras vencieron la gravedad de manera espontánea.

El entrenador de renombre conversó con los polluelos, les entregó una carpeta con todos los datos de hospedaje, pasajes, folletos instructivos y documentos que sus padres debían firmar, además del valor de los pasajes, que era lo único que no cubría su invitación, Hinata al enterarse de eso se sintió nervioso, no sabía si su familia tendría el dinero y el otro problema era el pasaporte.

Volemos 2 (yaoi), [kagehina] [daisuga]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora