Capítulo 18 parte 2

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La carta decía: "si volviera vivir no cometería el mismo error, él fue un adefesio en mi vida, él convirtió mi familia en una mierda y estoy arrepentido, tanto que no aguanto el peso de la vida, no aguanto el peso de pérdida, debí haber ido yo, no tú mujer de mi vida que tanto diste por tu familia, me siento una escoria, lo fui por un tiempo pero ya estoy casado de serlo, debo librar a mi familia de esta carga, despedirme sería un acto de vanidad, hijos perdónenme, fue él el que me engatusó, ese marica me corrompió, estoy profundamente arrepentido", se había tomado todos los remedios de mi madre, ver esa cantidad de sachet vacíos y esparcidos por el suelo, su boca llena de espuma y vómito, fue horrible hijo, creo que yo también quería morir, si hubiera habido más remedios creo que yo también me los habría tomado porque de otra forma me daba miedo hacerlo, le tenía miedo al dolor, cuando el dolor más fuerte es el dolor del alma, me quedé al lado de su cadáver, sin saber qué hacer, ahí encuclillado, me mecía y lloraba en silencio, llegó la noche y yo aún estaba ahí, lloraba y suplicaba porque llegara mi hermano, lo necesitaba, quería que alguien me abrazara, que me protegieran, ¿no era mucho pedir? ¿O sí?. Me quedé dormido al lado de padre, desperté al otro día y su cuerpo seguía donde mismo, yo había soñado que todo lo vivido era mentira que era una pesadilla, que mi familia era como antes, todos felices, un calor de hogar maravilloso, pero la realidad me abofeteó la cara. Tenía hambre pero a la vez un nudo en la garganta, me acordé de la vecina pero no tenía el valor de alejarme, si avisaba todo sería más real, leí la carta y odié con toda mi alma a ese tipo, lo detesté y juré que jamás dejaría que un marica estaría en contacto con mi vida – Kageyama tragó saliva al escuchar esa frase, su padre cerró los ojos – bueno... no podía ser que tu tío estuviera siempre afuera, volvió a la casa luego de tres días, el hedor del cuerpo era fuerte, yo seguía ahí, tomaba agua del baño y me volvía a acostar a su lado. Él llamó a la policía, mi vecina me tomó en brazos y me llevó a su casa, ya no tenía padre ni madre, sólo me quedaba mi hermano... creo que yo también entré en una depresión, bajé mucho de peso, la vecina... hijo la vecina, mejor dicho, ¿te acuerdas de tu abuela?.

- Sí, la recuerdo, murió cuando yo tenía diez años, era muy dulce.

- Ella era la vecina hijo.

Kageyama recién cayó en cuenta del detalle, estaba tan pendiente de la historia que no se había dado cuenta.

- ¡Oh!, ahora entiendo.

- Ella fue mi ángel.

- ¿Y mi tío?.

- Tu tío, está preso hijo, lo pillaron robando para conseguir para la droga, yo no quería que supieras de él, de ser mi héroe pasó a ser una vergüenza... este año sale de prisión – suspiró – y creo que tengo la responsabilidad de ir a recibirlo.

- ¿Pero una condena tan larga por un simple robo?.

- No fue una vez hijo, salió libre y volvió a recaer... ha salido de la cárcel tres veces, pero yo nunca he ido a recibirlo, creo que ya es hora de que sane las heridas.

- Oh papá...

- Gracias por escuchar hijo.

Tobio Kageyama se paró y abrazó a su padre, se fundieron en un abrazo y las lágrimas salieron solas, "ahora comprendo el odio de mi padre, ahora entiendo su enojo". Su padre lloraba como un niño, volvió a ser el niño al lado del cuerpo inerte de su padre, volvió a ser ese niño que perdió a su madre y a su hermano, volvió a revivir lo más doloroso de su vida, volvió a sufrir por el pasado pero con el consuelo que su presente era mejor, que su hijo lo había perdonado, que su amado pequeño lo estaba abrazando y ya nunca jamás lo iba a dejar.


Hinata se remecía entre sueños, sus músculos dolían, transpiraba mucho, se despertó un par de veces pero volvía a dormir, luego venían los tiritones, pequeños espasmos lo invadían, sudaba frío. Llegó la mañana, había dormido muy mal, se miró en el espejo del baño y las ojeras que tenía eran muy marcadas. "Hoy llamo sin falta", pensó y luego se metió a la ducha.

Llegó a la preparatoria a la hora de siempre, estaba ansioso por conversar con su amado, lo había extrañado mucho anoche, revisó su teléfono pero no tenía ningún mensaje, le escribió cuando tocaron el timbre y Kageyama aún no llegaba, no pudo poner atención en clases, pasó todo el tiempo mirando su teléfono, hasta que por fin le llegó la tan esperada respuesta.

- Amor, todo salió bien, es largo lo que te tengo que contar, pero hoy no voy a ir a clases ni al entrenamiento, me quedaré con mi papá, los tres en familia saldremos a comer y luego a un parque de diversiones, es algo que él debe hacer, se lo recomendaron los doctores, te repito es larga la historia, pero te prometo contarte todo cuando nos veamos...

- Te extraño Kageyama, te amo, ¿no vas a seguir viviendo conmigo?.

- No creo amor, debemos rehacer nuestra familia con mis padres.

- Pero, puchaaaaa, no quiero que te vayas de casa.

- Yo tampoco me quiero ir del todo, pero lo debo hacer por el bien de mi padre y mamá. ¿Qué harías tú?.

- Pero...

- Amor, tranquilo no nos dejaremos de ver, los fines de semana me puedo quedar contigo, ¿qué te parece eso?.

- Pero... no quiero Kageyama, no quiero, quédate conmigo...

- No puedo hacer eso amor, por favor entiende, esto es importante, más importante de lo que imaginas, te debo contar todo y ahí recién entenderás.

- Mmm

- ¿Estás arrugando los labios?.

- Sí.

- Que lindo te debes ver...

- Mmmm

- Ahora sonreiste de medio lado, ¿o me equivoco?.

- ¡Oye!, adivino.

- Te amo, y siempre me fijo en tus expresiones, por eso sé que cara estás poniendo.

- ¡Hinata Shouyou!, ¡pónga atención a la clase! – gritó el profesor.

El nombrado guardó su teléfono rápidamente – lo siento.

- Lee la oración que sigue – le dijo el profesor a sabiendas que no tenía idea de donde habían quedado.

- Perdón profesor, no sé donde quedamos – respondió todo avergonzado.

- Hinata, página 30 segundo párrafo – le sopló Aiko con una sonrisa en su rostro.

- Gracias – "maldita, sé que me estás haciendo el favor a cambio de que baje la guardia, lo sé y no te va a resultar".

Hinata comenzó a leer sintiendo como su teléfono vibraba.

En el recreo corrió atrás del edificio principal, escondido de los demás apretó el número de teléfono del dealer...

Volemos 2 (yaoi), [kagehina] [daisuga]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora