74. Sin el océano

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Jungkook toma un respiro, viendo arriba. Ya es de día y debe asistir al combate que tendrá con Poseidón. Está, con toda sinceridad, asustado por el asunto. Es pelear contra un dios de verdad. Alguien que le gana en milenios enteros de experiencia en ¿Todo? Diría que en apenas es un par de cosas, puede considerarse superior y aun así, duda muchísimo que cuenten para esto.

Sin embargo, ha meditado bastante en ¿Qué tiene de malo sentir temor? Es natural, es necesario con su motivación principal: Vivir. Lanzarse a lo tonto daría como resultado su muerte. carencia de cautela y exceso de valentía. Considera que tiene un balance aceptable al respecto. Está siendo lo suficientemente estúpido como para presentarse de todos modos, pero lo suficientemente precavido para no ser el primero que ataque.

Levanta de la cama y se estira con incomodidad. La charla del día anterior lo sigue molestando mucho. Ahora entiende perfectamente que siente Jimin con todos diciendo que lo piensan tener en la cama. Es más insufrible y asqueroso de lo que parecía. Sufre un escalofrío, con la ligera nota alta de que él no ha sido así de acechante con nadie.

Toma su cabello y lo amarra con fuerza, no es momento de que se le venga a la cara. Toma la ropa que fue puesta a un lado. Una armadura muy parecida a la dibujada en Aquiles en diversas ilustraciones. Amarrársela solo le supone un pequeño lío, aumentado por la modorra aun persistente en su sistema.

Toma asiento en la cama para ponerse bien las botas. Un peso en la espalda lo sobre salta y al girar la cabeza encuentra la pequeña foca de ojos brillantes y juguetones. Da una risa.

— ¿Te preocupa por mí? —pregunta y recibe un aullido lastimero—. Voy a ganar, de la forma en que sea. No te preocupes. —dice con tono tranquilo. La foca se queda recostada hasta que Jungkook se levanta, ata las muñequeras y se da un par de golpes en las mismas—. ¿Vas a acompañarme hasta allá? No creo que puedas pasar. Seria trampa si me ayudas.

La foca da un par de tumbos y Jungkook acaba por cargarlo en brazos. Siente el corazón que late acelerado, igual que el suyo. Sigue el camino discreto, pero notorio para dirigirlo a un lugar en específico. Lo que aparenta ser un auditorio hecho de roca. Medio destruido y colores terrosos abundando.

Deja a la foca en el suelo y toma un respiro antes de entrar, encontrando a Poseidón con vestimentas similares a las suyas. Se detiene a tres metros de distancia. Hay mucha brisa y llega a molestarlo en los ojos por la cantidad de arena que levanta.

—Decidiste venir. Qué tan valiente o qué tan estúpido puedes llegar a ser, pequeño niño mío. —mofa Poseidón dando un par de golpes a sus muñequeras, tal como Jungkook hizo.

—Fuiste amable al ofrecer esta alternativa. Sería descortés de mí parte no presentarme. —Su voz tiembla con ligereza y Poseidón se da cuenta de ello.

—Podemos evitar esto. Se nota que estas asustado—Avanza unos cuantos pasos—. Me tomaré el tiempo de olvidar las faltas de respeto constante del día de ayer y perdonarte. De nada sirve pelear por alguien que te vendió para salvarse a sí mismo.

Frunce las cejas ¿Jimin lo vendió? No, no lo haría, se responde con velocidad. Poseidón debe querer confundirlo. Hacer que flaquee y acepte una de las dos opciones ya puestas en la mesa: Entregarse a sí mismo para que Jimin viva y pueda tener otro hijo o darlo a él para sobrevivir fuera de esta villa.

—No intentes confundirme. Ahora no soy tan estúpido de creer en todo lo que me digan. —afirma disgustado. Quizá en el pasado pudo habérselo creído. Viniendo de Poseidón ¿Cómo no hacerlo? Incluso de Taehyung hubiera dudado. No obstante, para estas alturas de la vida, sería ridículo.

—Como desees, mi niño—Corta con falsa pena—. Será un combate a muerte.

—Tú no puedes morir así como así-

Anfitrite: Ocean Eyes || KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora