Anfitrite: Ocean Eyes || KookMin

79. Senda a seguir

—Si despertaste, que alivio.

Mingi arruga la cara constantemente, lleva las manos a la cabeza. Solar le tiende una taza con una bebida caliente. El nórdico la toma, sus manos ligeramente temblorosas por el despertar repentino. Fue cómodo, el volver a estar consciente con el leve susurro de lo que sucede es lo que genera su preocupación actual.

— ¿Qué sucede? ¿Por qué estoy aquí con... Ustedes? —Acaba viendo alrededor, halla a las otras tres nereidas, Suran y Momo a no mucha distancia. La emperatriz de Japón se acerca.

—Namjoon sabía que pasaría, por lo que nos encomendó ayudarte—responde Mo con gesto cordial—. Tus sirvientes te trajeron a tiempo. Un poco más y hubieras perdido mucho tejido, sin mencionar que la sangre negra habría llegado a tu corazón. —Mingi gira la cabeza hacia a la derecha.

Hwanwoong a un lado de Youngjo que descansa. El segundo tiene mucha menos capacidad física. Si están así, es porque los hirieron. Balancea la cabeza. No dejará de impresionarlo que ambos sean tan fieles a él. Llegando al punto de arriesgarse de esta manera. Es agradable.

Quiere decir que tendrá en quienes confiar cuando todo termine.

7. Hermandad

—Que-

—Regenera el tejido del que tiene muestra. Lamentablemente, no llega a tal nivel. Lo sentimos. —Mingi respira agitado, con las manos en su muslo. No tiene de la rodilla para abajo. En realidad, no tiene rodilla tan siquiera. Aprieta los labios, sus ojos inquietos y la inseguridad manando.

Estar dispuesto a morir es muy distinto a estar dispuesto a perder parte del cuerpo. Con una, estarás fuera de este mundo ¿Así? Posiblemente no quieran tenerlo como rey. Un discapacitado de la peor manera. No puede andar, no puede nadar bien, es un estorbo más que un rey.

—No se angustie—recomienda Hwasa—. Nuestro señor Namjoon era muy consciente de qué algo así sucedería.

— ¿¡ÉL SABÍA QUE ME IBA A QUEDA SIN PIERNA!? —chilla escandalizado. A veces Namjoon debería intentar ser más comunicativo. Saberlo evitaría que ahora quiera llorar de angustia.

—En realidad desconocía que iba a perder. Lo vio todo y en esa secuencia apenas entendía que pasó—responde Moonbyul para tranquilizarlo—. Y puesto que tuvimos mucho tiempo, nos dimos la tarea de hacer cada posible extremidad que le pudiera faltar.

Mingi sonríe tenso ante las prótesis. Son de mismo tipo que Jackson lleva. Eso le da confianza, pues son casi como el mismo miembro perdido. Decide omitir la pregunta de cuando lo midieron para saber cómo hacer esto. Se conforma en tenerlo. Mientras ellas se dedican a ponerle la prótesis, Suran permanece al borde de la nave viendo afuera.

—Vivir bajo el agua me hace olvidar que fuera de ella, también puede ser muy hermoso. —susurra la mujer, su mirada clavada en el cielo que empieza a oscurecer. El sol escondido impidiendo que se torne naranjo, sino purpureo.

Las pequeñas luces de las estrellas surgiendo.

—Es muy hermoso. —Coincide Momo—. No dudo que tendremos más oportunidades y mejores momentos para verlo.

Suran gira a verla, encontrando hermoso el porte de la japonesa. Los ojos grandes, su peinado sencillo y clavícula descubierta con el kimono simple. Vuelve la vista al cielo, ladeando la cabeza. Da cuenta de algo extraño en el horizonte.

— ¿Qué se encuentra hacia el norte en mi visión? —pregunta la emperatriz egipcia. Wheein se aproxima y hace un breve mapa mental en su mente.

—Se encuentra Corea, alteza. —responde la nereida.

—¿Por qué hay un faro de luz en Corea? ¿Así de grande? No luce muy normal. —opina momo, percibiendo lo mismo.