Anfitrite: Ocean Eyes || KookMin

17. Inicio del Extremo

Saca la cabeza del agua, andando por el suelo de arena blanda y blanca donde sus pies se hunden. Sacude un poco la cabeza para detener el exceso de gotas que caen. Cierra los ojos y da un prolongado suspiro. Con el mar aun llegándole a las rodillas. Si se acerca más, el dolor va a comenzar y es un total masoquista por haber venido hasta aquí. Al menos así lo considera en este preciso instante.

Mira en su mano lo que lleva. No trajo una lanza, espada, hacha o arma grande. Se limitó a un cuchillo pequeño, como el que suelen usar las mujeres de la nobleza para acabar con sus problemas. Lo guarda en su pantalón, está en ropa de dormir porque de nuevo, le dio el impulso de venir a mitad de la noche.

Cuando todos los que lo ayudan duermen profundamente. Muerde sus labios, pensado en que tal vez Leedo pudo dar cuenta de su salida nocturna. Ha pasado apenas es un día desde le problema con las prostitutas, pero está claro que sigue enojado.

Por no decir que sospecha de forma acertada de su importancia en ese evento.

Sea como sea, debía venir. Aun si había corriente en contra o lo que sea. Debía venir aquí. Aun con un tirón irremediable al agua, diciéndole que ocurre algo mal. Un evento que aún no conoce, será más tarde, tengo que descubrir que pasa con esto.

Para su propia sorpresa, llegó muy pronto a esa isla tan peculiar que visitó aquella vez. Ocurre lo mismo: El collar en su cuello lo aprieta tanto que es como una asfixia insoportable. Da tirones ocasionales mientras avanza por la tierra en dirección al centro del isleño. Gimotea adolorido. Hay una luna perfecta y hermosa esta noche. Casi tan perfecta que es una fantasía. Quejumbra en voz alta viendo el estanque.

—La Anfitrite suerte será a quien la logre amar. Y quien la haga carcajear.

Levanta la cabeza con impresión. Esa es la voz de Jungkook. No anda solo por cautela, siendo consciente de que apenas avance se verá con el mismo problema de la vez anterior: Los cuervos, el lobo, la posible muerte si intenta tocar el agua donde la luna se reflecta.

— El mar tanto brillará el día en que ella empiece a jugar, cual niña vivaz y danzar cual adolescente llena de curiosidad. La Anfitrite vendrá, vendrá, vendrá.

—¿Jungkook? —llama confundido de oírlo. No tiene mucho eco. El natural en un área tan vacía y curiosamente encerrada como esta. Es el espacio justo para que sea únicamente e iluminado el lago. El resto del bosque es oscuridad absoluta. Apenas se mueve un poco unos ojos dorados hacen aparición en la penumbra—. ¿Es en serio? —quejumbra ofuscado.

—Poseidón la habrá de aguardar, la mujer que como ninguna podrá amar. Venga a verla bailar, la ninfa que a Poseidón logró conquistar ¿Quién más será? Anfitrite vendrá, vendrá, vendrá para a todos hechizar.

Jimin se muestra sorprendido, hay una silueta saliendo de la penumbra, paso lento y calmado. Figura envestida de negro. Más bien azul oscuro. Un tono que hace recordar al mar por la noche. El mar que acaba de dejar atrás y el agua que inunda ese espacio en la isla. Otro mínimo movimiento y escucha graznidos. Ve arriba.

Hay cuervos en cada árbol. Cuervos que volarían a cubrir la luna. Cuervos que alertarían al lobo de salir para que lo arrastre de nuevo lejos. Muerde sus labios, llevando la mano hacia donde tiene guardada su único artículo de defensa.

— Anfitrite vendrá, vendrá, vendrá, obstinada como hija del mar y orgullosa como nadie más. Poseidón rogó hasta que pudo tener su amor. Ella lo conquistó, quien la pudo atrapar ¡La Anfitrite llegó!

Ladea la cabeza con ligereza, el cabello se le desparrama por el hombro y su expresión se vuelve profundamente anhelante y nostálgica. Tiene mucho tiempo que no ve el rostro de Jungkook y ya está aquí. Está parado en medio del lago con una sonrisa tan delicada y tenue en su rostro que lo hace lucir como un auténtico sueño.