21. Triste Tonada

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Jackson fuerza la puerta hasta finalmente entrar. Resbala de forma torpe por lo que hay en el suelo. Entreabre la boca, sorprendido por el suelo casi cubierto por el millar de perlas desperdigadas. Junto a ellas, hay muebles rotos, el espejo, lo único que no está dañado es la cuna y la cama ocupada, llena de pieles y un bulto considerable, la oscura melena flotando un poco por la corriente.

Él y Jeonghan se ven, con la sorpresa plasmada en sus facciones debido al enorme desastre contenido aquí. Parece que un maremoto pasó y no dejó nada en pie. Palpa que la cuna esté bien y coloca a los dos niños, se acerca a la cama y antes de poder levantar la sábana tan siquiera escucha una orden rasposa:

—Quiero estar solo.

—Se saltó todas las comidas de hoy, debería-

Jeonghan inclina la cabeza, entre asustado y dudoso.

—Salgan de aquí.

La orden ahora más brusca y que vino acompañada de removerse apenas en la cama y enroscarse en la piel que lo cobija.

—Puedo limpiar antes. Al menos el montón de perlas para que no se tropiece al levantarse—Sugiere, sin obtener respuestas y para no obtener alguna queja por ello, apura a usar un trozo de cuero denso e ir impulsando las perlas junto a los restos—. Jackson. —incita.

El caballero lo imita, sacando de la habitación el montón de perlas y muebles rotos. Los sorprende por montón que fuese capaz de destruir tanta cosa. Nadie creería que tuviera tanta fuerza y menos que llegaría a ese extremo. Aún queda alguna perla por ahí, también trozos pequeños de madera o joyas suyas propiamente. Logra distinguir la mano del regente fuera de la cobertura.

Está llena de cortes y moretones. Se aproxima para examinarlo mejor y Jimin no hace más que esconderla también.

—Les dije que se fueran.

—Puedo traerle de comer hasta acá para que no tenga que salir—Ofrece el sirviente, ansioso. No ha salido o dado señales de vida desde ayer. Solo por temor a que estuviera pasando algo sin que lo supieran forzaron para entrar ahora—. No me tomará más de quince minutos. Puedo-

—Quiero estar solo.

Jackson niega con la cabeza. No es momento para seguir insistiendo. Jeonghan hace una pequeña reverencia antes de dirigirse a la cuna nuevamente, con la intención de tomar a ambos bebés como el día anterior.

—Déjalos ahí.

—Pero-

—Déjalos.

Salen ambos de la habitación. Jackson pudo arreglar la cerradura desencajada por su empujón. Suspira agotado frotándose la cara con ambas manos. Jeonghan se cruza de brazos y empieza a caminar.

— ¿Qué le pasa? Sabía que se pondría mal, pero... Destruir su habitación. Es un milagro que no rompiera su ropa también. —dice a sí mismo con la preocupación a flote. Jackson arruga el entrecejo, en la misma situación frustrante, con la diferencia de que asume con rapidez que sucede.

—Son las etapas del duelo. Las vi mucho en amigos que me invitan a funerales o celebraciones de vida—Jeonghan lo ve con malos ojos ¿Hay algún momento en que a Jackson no lo inviten a una celebración de la índole que sea? Empieza a creer que no. Raro es que no haya asistido a la boda de Jungkook hace tres años o a la de Yoongi hace uno y tanto—. Al principio se niegan a creerlo, lloran mucho, luego se enojan sin motivo. Les da por hacer de todo.

—Ah.

—La parte buena es que no intentó hacerse daño. Hay que estar agradecidos con ello. El problema es que...

Anfitrite: Ocean Eyes || KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora