Anfitrite: Ocean Eyes || KookMin

2. Sin Hablar

—Ha pasado apenas un día entero desde que nació tu hijo y vas a empezar una guerra más que mundial.

— ¿Es un reproche?

—Es un comentario curioso.

Ríe sin gracia. Es cierto, cosa curiosa o bien, deprimente. De tenerlo aquí seguro haría una fiesta enorme en honor a ello. Quisiera darse el lujo, pero ni siquiera se encuentra en este palacio o territorio. Gruñe apretando los dientes, apretando el tridente en su mano con apenas el anillo de matrimonio en este.

—Niño que nació fuera de mí territorio, en el palacio de quien llenó el nuestro de sangre—Gira con cuidado hacia Yoongi—. Y quien seguro está amenazando su cuello, apartando a nuestra Anfitrite y al único heredero que hay a nuestro trono.

—Leedo también es oficialmente un heredero al trono—Hace notar Namjoon con las manos juntas frente a él, usando un grueso parche que cubre la zona de su ojo y el pómulo—. Puesto que le diste un duelo a muerte no terminado.

—Es posible, más no el primero en la lista—El consejero asiente de acuerdo a ello—. Tendría que asesinarlos a ambos y no sé si cuesta más entrar a la guarida del Kraken o a la de una víbora que duerme con un ojo abierto.

—Un ojo que no es suyo. —comenta Yoongi con sonrisa torcida.

Sabe que Jimin tiene a alguien de Vanaheim de su lado, que ya lo hechizó para ello. Posiblemente al único que no mate o deje de gravedad una vez acaben con Vanaheim entero. Igual que Mingi. Dos sin culpa. Muy amable de su parte. Jungkook pasa el tridente de la zurda a la diestra antes de avanzar para salir al balcón del palacio, encarando al enorme ejército que espera a su orden para salir.

—Vanaheim nos atacó de la manera más ruin que haya, siendo como los griegos a los troyanos. A hurtadillas y sin un aviso para poder responder. A partir de ahora no va a ser así—Una fuerte exclamación complaciente se oye—. A partir de ahora, las corrientes de Ares van a estar a nuestro favor, la bendición de Poseidón que anhela a su Anfitrite de regreso y que la sangre de sus hijos sea vengada, correspondida por la sangre de nuestro enemigo—Más exclamaciones, levantando sus armas y golpeándolas con sus escudos—. Que esta guerra sea por quienes ahora deambulan por el Hades aguardando volver a la vida como un nuevo ser y por mi hermano Hoseok, quien recibió el mayor irrespeto de todos. Es hora de traer a los nuestro de regreso y si con ello la marea se torna roja, que así sea.

"Hermano"

Exhala ligeramente. Claro. Por efectos del matrimonio Hoseok era un hermano político de Jungkook. Todos los reinos que tienen aliados se encuentran ofendidos por ello. Origen común o no, Hoseok era parte de la familia real y Leedo lo hizo asesinar. Está contra las reglas que esto pase inadvertido y permitir que sea así sería un fallo de todos. Desliza la mano por su rostro, sintiendo la cicatriz que lo marca.

—Andando. Quiero ese asentamiento destruido para el día de hoy. —Asiente a lo que Jungkook dijo.

Habiendo pasado un día desde que nació su hijo y a las pocas horas, al salir el alba, un asentamiento de Vanaheim se ubicó en los límites entre Vanaheim y la Atlántida. Posiblemente con la intención de avisar cuando la armada se forme o bien, para empezar a tomar territorio. Se enteraron de ella a los pocos segundos, un mensaje les avisó de su existencia. Los guardias que hay patrullando esa frontera lo notificaron veinte minutos más tarde, corroborando la información.

Jungkook quisiera preguntar con respecto a cómo están Jimin, el niño cuyo nombre aún no conoce y Soonyoung. El problema viene a que está seguro de que esta vía de comunicación debe ser o no unidireccional para impedir que sea descubierta.

—Garai Anuket se unirá a nosotros dentro de dos semanas, están organizándolo todo. No tienen tanta fuerza militar—informa Yoongi—. Harán lo que puedan. Son buenos con armas de energía.