Anfitrite: Ocean Eyes || KookMin

83. Misterio inexistente

—Para cerrar el capítulo que ha significado Leedo en este reino, se realizará la ejecución de su más fiel hombre. Aquel capaz de seguirlo indiferente a las atrocidades que hiciera en contra de su propia gente, familia u océano—enuncia Mingi, con un par de hombres arrastrando el cuerpo maltratado y apenas vivo de Seoho. Un par de meses sufriendo un castigo por sus acciones contra la corona atlante y bien, Namjoon no le tuvo compasión—. Las puertas del Valhalla se encuentran cerradas para él debido a su traición. No obstante, a diferencia de su rey, quiero brindar un pequeño beneficio ¿Algo que decir?

Jimin observa a Seoho con una ligera sonrisa en los labios. Quizá se lo castigo por lo hecho, pero ahora obtendrá el toque final. Sin mencionar que está el gran detalle de qué Mingi lo haría ejecutar de la misma manera en la que ejecutaba a las personas.

Un patrón lamentablemente repetido. Atravesar el cuello y cortar la cabeza de la víctima. Seoho no dice nada, faltan varios de sus dedos en su mano derecha, sin mencionar que le falta la izquierda. Heridas en sus muslos cosidas para evitar que se muriera de camino para acá y finalmente su cara hinchada.

Tanto que es prácticamente irreconocible. Faltándole un ojo y la nariz torcida.

—Lo tomaré como un no. —Los vikingos se ríen al igual que Mingi. Yunho llega a sentir un poco de pena por el estado tan miserable de Seoho.

Pena que sabe perfectamente que no merece. Es igual de culpable que Leedo en todos los crimines cometidos. Aun nadie se explica cómo es que llegara hasta las últimas estancias del loco rey. Esa fidelidad casi enfermiza con la que cumplía su deber, en lugar de intentar corregirlo. Siendo un buen siervo, existe la obligación de guiar a su señor.

Intentar salvarlo de sus propias desgracias. No obstante, Seoho las alimentaba. Como quien tira leña al fuego o se deja sangrar frente a un tiburón que tarde o temprano lo mataría. Mingi se acerca a Youngjo y Hwanwoong, quienes se inclinan para entregar la espada de ejecución.

—También quiero anunciar que, como muchos otros, haber venido a mí lado tras entender las atrocidades de mí tío son perdonados y bienvenidos sin prejuicio—anuncia tomando la espada—. Para Youngjo y Hwanwoong no será distinto, pues gracias a ellos no solo estoy vivo, sino mi familia por igual y a pesar del mal que pudieron haber hecho, redimieron sus errores.

—Gracias, majestad. —Ambos se inclinan y alejan. Mingi anda hacia Seoho que es arrodillado, con la vista hacia el frente.

Jimin inclina un poco la cabeza, encontrando un detalle ¿Extraño? Por llamarlo de alguna manera. Seoho luce más grande de lo que recuerda. Está delgado, cierto, pero no cadavérico como debería. Habiendo vivido en base a lo poco que pudiera comer de su celda. Debería estar en los huesos. Sus movimientos, incluso la forma en que están sus manos se le hace anómala.

—Seoho ¿Qué criatura era? —pregunta a Youngjo que está un par de pasos tras él.

—Era un pez espada si no recuerdo mal ahora ¿Por qué? —Jungkook junta las manos tras su espalda.

—Es indiferente, está muerto ya. Saber o no eso es-

—Es que ¿No notas algo extraño? —murmura a su marido que detalla lo que Jimin le narra—. Eso no es normal.

—Ahora que lo mencionas, no—Corresponde y Namjoon se acerca por el gesto de su rey—. ¿Estás seguro de que ese ahí es Seoho? —Namjoon asiente sin meditarlo ni un instante—. La posibilidad escape era nula ¿Eso me estás diciendo?

—En el registro figuraba como un pez espada. Es imposible que pudiera huir en el estado que se encontraba—explica Namjoon. Jimin continúa viendo al próximo a ser ejecutado. La gente generando su bullicio de celebración. Incitando a Mingi a hacerlo—. ¿Quiere que haga una investigación de respaldo? Solo para estar seguros.