6. Nada se olvida

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— ¿A dónde irá mañana?

—Costas Finlandesas—Deja la capa que tiene en los hombros y Woozi tarda poco en recogerla. Namjoon camina a un lado de Yoongi, quien gira el cuello por el cansancio—. Jungkook tuvo la brillante idea de empezar desde los más necios e irritantes hasta los más fáciles de convencer. Como si esto no pudiera traer un cuarto pleito sin siquiera iniciar el segundo.

—Los más necios son los enemigos que pueden ser un problema considerable. —Blanquea los ojos ya lo sabe, el tema es que él es quien los tiene que convencer. Por eso es un fastidio y nadie va a impedirle seguirse quejando.

Al menos va a poder dormir en su cama hoy así fuese por unos treinta minutos antes que tener que irse o el insomnio lo aquejara. Se está volviendo más fuerte con el pasar de los días y hay ocasiones en las que ni siquiera alcanza a dormir.

— ¿Ha pasado algo de lo que deba enterarme?

—Nada relevante.

—Bien.

—Prepararé la nave para que salga mañana temprano—Yoongi sigue alejándose por el pasillo—. Y también para discutir un nuevo asunto para ayudar en la defensa dentro de Vanaheim.

Yoongi desaparece en un cruce de pasillo y Namjoon juntas las manos en su regazo con expresión entristecida. Woozi hace un ligero puchero con la capa en sus brazos. Voltea a ver al consejero y abre la boca para hablar, curioso:

— ¿Usted cree que el príncipe esté bien?

—No. En lo absoluto. Prepara algo con lo que pueda descansar y dormir con suerte, dudo que lo haya hecho en todo un mes.

Woozi asiente servicial. Que diga eso es preocupante pues no hay nadie en el palacio que no sepa aquello: Lo que más hace y disfruta Yoongi es dormir. Si no puede hacer eso, es porque definitivamente está muy grave. Pronto cada uno va por su camino. Namjoon se topa con Solar y Hwasa, las cuales hacen una ligera reverencia.

—Ya llegaron los niños.

—Están esperando en la habitación que ordenó arreglar—Frunce los labios—. ¿Quiere que nosotras hablemos con ellos? —cuestiona Hwasa, sabiendo que Namjoon había querido que este momento no llegara en lo absoluto.

Traer a los hijos de Jin costó más que nada en la vida. El tránsito de un poblado a otro está prácticamente prohibido y ha habido más de mil problemas por cada vehículo transportando lo que sea. Algunos capturados, otros destruidos, es un milagro divino que lograra traerlos bien. Por ello estuvo esperando estos casi dos meses que lleva todo el asunto bullendo como agua.

Ahora bien, toca decirles que está a cargo de ellos.

¿No hay orfanatos en la Atlántida?

Por supuesto que sí, hay varios en cada ciudad, no obstante ¿A quién le cruzaría por la cabeza que los dejaría a su suerte? Los que ya están mayores ni por error tendrían una adopción y ya está lo suficientemente mal como para hacerles la vida una peor separándolos.

Además... ¿Es extraño decir que ya los siente como si fueran sus hijos?

Toma un profundo respiro, pasando de ambas nereidas para encarar a los adolescentes que seguramente van a culparlo de lo que ocurrió.

Cómo contradecirlos, si él sabe que esto es su culpa. Muerde sus labios, luego sus mejillas y niega con la cabeza. Debió prepararse más para esta situación, las palabras simplemente se le borraron a pesar de haber estructurado un perfecto discurso que fuese hablar, despedir e ir de regreso a sus funciones llevando este lugar.

Anfitrite: Ocean Eyes || KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora