57. Propuestas dudosas

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 — ¿No te parece extraño que Momo nos esté invitando allá?

—Dijo que tenía algo para mí y algo para ti, así que puedo esperar lo peor y lo mejor de esto.

Jungkook exhala, subiendo a la nave para ir directos a Yonaguni. Momo envió un mensaje, pidiendo que fuesen a verla. Sin nada específico más allá de confirmar que si es ella y no una trampa para emboscarlos de camino.

Sumado a una aparente urgencia, decidieron aceptar en ir. Teniendo que llevar a Yoongi incluido por motivos aun no explicados, pero agradecidos. Jimin ya no se ve sin tener a Yoongi al menos en el mismo edificio por más grande que sea.

Soonyoung, quien apenas se ve libre flota por todos lados –vago para caminar y aprender a hacerlo propiamente-, se deja caer en el asiento que va a ocupar Yoongi. El príncipe lo carga y lo acaba sentando en sus piernas para poder tomar su sitio. Da un suspiro y cierra los ojos, adormilado.

Jungkook ahuyenta a los cardúmenes de peces que Wooyoung trae tras suya. A cada momento vienen más. Pues su voz se está acentuando y lo hace sin querer. Considera que al menos tiene la fortuna de tenerlo a él. En su caso, cuando era pequeño llenó toda una habitación con peces.

Hasta el punto en que no podía salir de ella porque ni siquiera sabía dónde estaba. Llegó a sentir claustrofobia en ese momento. Con millones de ojos mirándolo en la espera de que continuará con la orden que los llevó ahí para empezar. Jimin se arregla el cabello usando el reflejo de una ventana.

—Veo que estas molesto aún. —comenta Jungkook con una risa leve y divertida. Jimin blanquea los ojos.

—No me lo menciones. No quiero llegar de mal humor allá y me malinterpreten. —Jimin cruza la pierna y permanece con aquel gesto de disgusto disimulado, abriendo el abanico amarillo con estampado floral y cubriendo parte de su rostro.

Jungkook toma asiento y la nave inicia su marcha para ir al imperio japonés. Ve a su esposo de reojo, la postura recelosa tan usual en él. Vistiendo un ajustado traje azul oscuro, pareciendo negro y delicados detalles amarillos. Una falda del mismo color y mayor bordado de figuras abstractas.

Incluso el peinado tan suelto manifiesta lo fastidiado que está desde ayer. Pendientes grandes y largos que se agitan a cada pequeño giro de la nave. Jungkook tararea en voz baja, recordando lo desastrosa que resultó la reunión con la cámara de nobles el día anterior.

Vanaheim ha parado con sus ataques, más no la defensa. Están en un punto de aguante por su lado y el de ellos; se dio la idea de conseguir que además de soldados, se pida un apoyo más concreto de parte de reinos aliados. Puesto que su cámara es desenfocada como ella sola, llegaron al tema personal de manera aun incomprensible para él.

Diciendo que ameritaban otro heredero. Teniendo cuatro años casados y un solo hijo es cuanto menos "preocupante" en opinión de los nobles. Por lo que aparte de recomendar –exigir disimuladamente-, que la Anfitrite intentara con mayor fuerza tener vástagos, se insinuó que lo más probable es que sea defectuoso y por ello no haya más niños a este punto.

O que, si venían: Serán débiles, deformes, niñas o hasta la posibilidad de nacer muertos.

No hace falta decir por qué Jimin se molestó.

Los echó a todos. No atendió a nada más y los hizo a salir amenazados por los guardias.

Para los no entendidos en el tema, resulta una reacción precipitada y muy extraña de su parte. Está acostumbrado a lidiar con esa clase de comentarios soeces y constantes hacia su persona, la agresividad y disgusto ocasiona que se sospeche de que algo va mal con él o hay algo de verdad en las palabras dichas.

Anfitrite: Ocean Eyes || KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora