11. Temores Variados

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—No entiendo una maldita mierda de todo eso.

Parece ser el estado general de todos aquellos que escuchan la reproducción de Youngjo con respecto a la profecía que Jimin tuvo esta noche. Lo escuchaban gritar y el temblor que provocó fue más que peligroso. Algunas partes del castillo incluso se cayeron en consecuencia. Siendo más fuerte el efecto debido a que son el epicentro.

Aunque ¿Qué decir? Seoho no va a negar que disfrutó mucho esos chillidos doloridos y desesperados del hombre que tiene sus planes y vidas hechas un cuadro. Como una persona es capaz de complicar tanto una guerra es la gran cuestión. Leedo exhala con disgusto por la discusión que se forma. Entre quejarse e intentar sacar en claro que lo que Jimin dijo.

Cuál es la señal divina que los dioses les están entregando por medio del pequeño cuerpo de origen terrano.

— ¿De qué nos puede servir una profecía donde no...?

—Empecemos por el hecho de que ninguna profecía es clara—Interrumpe a uno de los lideres, quien de inmediato se muestra disgustado por la forma en que se le dirige—. En segunda, deja muy claro que habrá y continuará la guerra por ambos lados, por lo que no podemos esperar siquiera una rendición por parte de la Atlántida a pesar de lo extremistas que queramos ser.

Hay disgusto general. Los planes que vienen últimamente son sobradamente exagerados. Desde bombardeos a escala masiva sacrificando soldados hasta envenenamiento total de áreas enormes llenas de población que, si bien importa apenas, quieren esclavos y prostitutas.

Así como sus recursos y estos podrían verse dañados si envenenan todo de la única manera en que surtiera el efecto deseado de aniquilación. Por esto y muchísimas razones más como querer un pueblo que lo obedezca, Leedo ha rechazado de manera tajante estos planes disparatados y poco funcionales en términos prácticos. Más que barbáricos. Son bárbaros, pero no estúpidos.

—Puede concluirse que de nada nos sirve precipitarnos de manera ridícula—murmura levantado de su asiento—. Tal vez intentar un acercamiento más sutil. Una pequeña treta.

—¿Cuál puede ser esa treta y como eso podría ayudar realmente?

—Tengo que pensarla más detenidamente, por lo que dejaremos esto hasta aquí hoy y mañana discutiremos que otros planes-

—Si torturamos a la Anfitrite—Empieza a decir un vikingo, que habita y gobierna en las costas de Islandia—. Puede que nos dé más pistas. Esto sucedió al drogarlo. Si presionamos aún más podemos conseguir más profecías de las cuales afincarnos para saber que ruta tomar. Donde se hable más de los cuervos de Odín y los semejantes a Fenrir.

—Difiero—Keonhee toma la palabra apenas el contrario terminó de exponer su idea—. Como quedó obviamente probado, el causarle daño muy grave repercute directamente en el mundo bajo el océano. El temblor fue consecuencia de su conexión profunda. Si no es muerte directa, hacerle daño está prohibido. —Leedo da el favor a lo dicho por su general.

—También funciona como una manipulación de su parte. Puede controlar que eso no suceda, pero va a hacerlo a propósito para impedir que lo dañemos. Tanto a él como al vástago de Poseidón. —Agrega Dongju que permanecía en silencio hasta el momento.

—Hay que drogarlo más. Usar dosis más fuertes.

—Eso peligra este castillo y a todos en general. No es una buena idea.

— ¡Como dije hace un instante! —Interrumpe con voz alta, siendo tan gruesa es similar a un estridente rugido—. Continuaremos discutiendo esto mañana por la mañana, siendo que es día de descanso y Jungkook no se va a atrever a avanzar. Tiburón cobarde. —Ríe a sí mismo. Mientras los quince lideres salen de la sala de juntas él mira por la ventana. Hay pequeñas lucecillas desde hace un buen rato. No se explica de dónde vienen. Suelen ser de aguas menos frías que estas.

Anfitrite: Ocean Eyes || KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora