Alto ahí, gatito [+18]

11.- Déjalo dormir

— No soy un vampiro, ¡eso no existe! — discutía el albino ofendido.

— ¿Hay otra explicación por la que seas, guapo, rico y mates gente por placer? — Te costaba aceptar que estabas frente a un asesino a sueldo, tenía más cara de modelo pasivo.

— ¿Nadie te ha dicho que pareces una muñeca? — cambió de tema más rápido que McCueen.

— ¿Qué? ¿porqué? — Te sorprendió su repentino coqueteo.

— Así con tu cabecita rellena de plástico. — Lo dijo sabiendo que era hombre muerto.

— ...

El conductor de uber los calificó con 2 estrellas por violencia doméstica dentro de su auto. Ni con la propina se salvaron, pero al menos llegaron al hotel.

— El nuevo casero es muy amable, nos regaló un pay y dijo que nos haría un descuento por el primer mes. — Expresaste contenta a la vez que devorabas el pay de queso tú sola.

— Claro, "nos regaló". — hizo puchero porque no le diste ni una probada, maleducada. — Dijiste que estariamos aquí solo 15 días.

— Pero si nos hace ese descuento en un apartamento como este, vale la pena quedarse más, ¿no?

— No confío en esas palabras, algo no me gusta del nuevo casero. — renegó Killua cruzándose de brazos.

— ¿Que es un hombre joven? ¿que es apuesto? — presumiste a propósito para hacerlo enojar — ¿mi gatito está celoso?

— ¿Tu gatito?~ — Olvidaste que Killua no se enoja provocándolo así.

— Ay, olvidé que te tomas muy enserio mis palabras. — Te arrepentiste ocultando la vergüenza con el plato vacío del postre.

— Así que soy tuyo. — Se acercó a tí de forma pícara con sus ojos azules brillantes y enormes, tu corazón se inquietó otra vez, ¿porqué tenía que ser tan bello?

— Killua, tres pasos atrás. — Ordenaste manteniendo la firmeza, muriendo de ternura internamente al verlo retroceder como un perro obediente.

— Vaya, sí que eres una mujer de hielo. — Se tiró sobre la cama demostrando lo cansado que estaba en realidad.

— Estaría mal si te dijera que eres mío, Killua. — susurraste para ti misma admirandolo al dormir libremente — Me encariñaría contigo y no podría dejarte ir nunca.

Pasaron ahí todo el día, después de cenar, Killua volvió a dormir para completar sus 16 horas de sueño gatunas o eso era lo que pensaste ya que no sabías que había perdido mucha energía sin que te dieras cuenta.

La única reserva de energía que le quedaba la usó para dar luz a tu habitación la noche anterior.

Lo poco que le quedaba luego de su última pelea con alguien más fuerte que él antes de conocerte. Su hermano mayor. Illumi.