65.- ¿Esto es justicia?

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— Me lo merezco — te diste por vencida arrinconandote en ese pequeño lugar donde el eco de tu voz resonaba alrededor — desde el principio sabía que terminaría en prisión y al principio fuí salvada, pero yo no pude hacer lo mismo por él, me culparán por lo que pasó en el barco y no podré escapar de mi destino, creo que este es el fin.

— Cierra la boca, deja dormir. — regañó una voz en la celda continúa. — Además de inocente, loca.

— ¿Inocente? — levantaste la mirada al saber que no estabas sola.

— Niña, con escucharte hablar nos damos cuenta de que no masacrarías a una multitud sin ayuda de un profesional — dijo una mujer cubierta de tatuajes, encadenada a su celda — pero la justicia sólo recae en los miserables que no pueden defenderse, como todos nosotros, así funciona la ley en este país.

— Es una mierda. — dijiste sintiendo empatía con la extraña.

— No deberíamos hablar contigo, suficiente dolor cargamos como para sufrir por tu muerte.

— ¿muerte?

— Chica, no quiero ser indiscreta, pero por si no te has dado cuenta, estás en el corredor de la muerte.

La última frase te erizó la piel, no imaginabas que el problema te llevaría a un extremo tan cruel.

— Corredor... ¿de la muerte?

— Muchos de nosotros en este pasillo somos inocentes, inculpados por crímenes que no cometimos, así es esto.

— Es una locura. — dijiste apenada por la mujer y el resto de sentenciados — Quizás no sirva de mucho desearlo pero si pudiera, los ayudaría a ser libres.

— Sí, gracias — contestó la mujer volviendo a recostarse — ahora duerme.

— Todas estas personas han sido echadas como criminales peligrosos condenados a pena de muerte aquí sin poder defenderse, mientras los asesinos de élite siguen libres gracias un papel legal y su dinero, parece que todos estuvieramos en libertad condicional con destino a prisión según lo que podamos pagar, esto no es justicia, y ahora soy una marginada más que acabará muerta para la comodidad de los ricos, que hipocresía, si cambiaramos las leyes penales quizás...

— Que te calles.

— Ah, perdón...

Alto ahí, gatito [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora