71.- Hipócritas

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Acusada de causar la muerte a más de 2,500 personas, daños materiales por millones de dólares a un crucero que quedó destruido y lo que más te sorprendió, hacerse pasar por un miembro de la familia Zoldyck.

¡¿De dónde sacaron eso?! esta gente no sabe nada. Alteran la verdad para que suene a crimen. 

Lo cierto es, que simplemente fuiste una desafortunada involucrada con la mala suerte de enamorarte del único chico del que no debías hacerlo pero también el primero y quizás único que te amó de verdad.

Tu cuerpo era incapaz de disfrazar las emociones y tan sólo al escuchar la sentencia, empezaste a temblar.

La condena era muerte.

¿Inyección letal?
¿Decapitación?
¿Máquina de tortura medieval?
¿Fusilamiento?

Sabías que no lo merecías, pero de nada serviría decir que no fuiste tú. Porque en la mirada de los espectadores te diste cuenta de que ellos sabían que eras inocente y todo era parte de un horroroso encubrimiento.

Aunque el juez postrado en el estrado te condenó firmemente sin defensa ni oportunidad de contradecir las acusaciones. Al ser condenada, te dió la oportunidad de decir tus últimas palabras.

Desde el comienzo, el "espectáculo" estaba siendo transmitido en vivo por todos los medios.

La chica que deseaba escapar de la sociedad y ocultarse en el anonimato para evitar la presión social irónicamente ahora era conocida por todo el país como la desdichada que pagó la deuda de los asesinos a sueldo.

— ¿Mis últimas palabras? — dijiste en voz baja, de pie frente a la multitud, con las manos esposadas tras la espalda y un micrófono encendido que sería escuchado por millones — Quizás sean las primeras.

En toda tu vida jamás habías hablado en público, tras ocultarte de la sociedad la mayoría de tu vida te viste en la situación de confrontamiento.

Pero algo había cambiado, no era tan cruel como lo imaginabas, el miedo a morir no parecía tan malo después de todo.

¿Sería cierto? ¿esas serían tus primeras y últimas palabras?

— Se puede saber... — resonó como un estruendo, afectando cámaras, luces, pantallas y todo aquél dispositivo de comunicación en el área. Un destello de luz con la energía de una centella apareció en escena llevando la sangre de más de uno a los talones al reconocerlo. — ¿qué le están haciendo a mi esposa?

Un demonio de cabello blanco y ojos azules opacados por la oscuridad de su aura.

Despertar la ira de un Zoldyck era un error que lamentar.

Alto ahí, gatito [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora