34.- ¿Te hizo llorar?

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— ¿Pasa algo, amor? — preguntó la chica que lo acompañaba, una morena con al menos dos kilos de maquillaje en el rostro para parecer mayor — hola, ¿eres una admiradora? — se refirió a ti — perdona que te desilusione pero está conmigo.

— Es la chica de la que te hablé que se me intentó declarar en secundaria. — se burló el desgraciado recordándote el momento más vergonzoso que viviste, el tipo seguía siendo un imbécil.

— ¿La ridícula que nadie quería por antisocial? jaja que penita me da. Que valiente es al dirigirse a ti después de lo mal que quedó. — agregó su novia sin importarle que estuvieras ahí, querías tomarla del cabello y pintar un cuadro con el exceso de tinte que traía en el cabello sólo para empezar. Pero en vez de eso, estabas temblando, sonriendo nerviosa intentando no llorar.

— Disculpa a mi novia, se pasó un poco. — dijo el chico fingiendo una sonrisa — no me importa que sigas enamorada de mi, puedes seguir siendo mi fan, es más, ven a verme, el torneo de skaters comenzará en media hora. ¡Nos vemos! — fué todo lo que se le ocurrió confirmando lo poco que le seguía importando ti existencia. Sin dudas, seguía presumiendo de ser popular y atractivo, pero era un pedazo de mierda manipulador, te quedó claro desde dos años atrás.

Te quedaste caminando despacio como si retomaras tu camino, habías olvidado a dónde ibas, tus ojos te traicionaron derramando un par de lágrimas mientras escuchabas a la pareja hablar de ti a la distancia.

— Ay, eres demasiado paciente. — reclamó jugueteando la presumida adolescente.

— Son mis admiradoras, ¿qué puedo hacer?

Te dolía la manera en que escupía insultos disfrazados de elogios, deseabas con todas tus fuerzas tener el valor de darte la vuelta y confrontarlo.

— Sigue siendo un completo pedazo de imbécil... — renegabas en tu mente mientras forjabas un nudo en tu garganta — de pronto me hizo recordar porqué había decidido no seguir asistiendo a clases presenciales, para no seguirme topando a gente miserable como él y aquí está... ¿acaso estoy condenada a ser humillada por todos los hombres que se atraviesan en mi vida?

Te tragaste el llanto debido al pinche susto que te dió ver al idiota caer contra el suelo dos metros más adelante, golpeándose contra un florero de cristal que terminó rompiéndose.

Sentiste tu corazón a mil por hora, ¿qué clase de mounstro había hecho eso? para agradecerle.

Estabas en shock, alguien te abrazó por la espalda con fuerza y sentiste el aliento de una cálida voz en tu oído.

— ¿Te hizo llorar? — preguntó besando tu mejilla.

Ya no más humillaciones, no en la guardia de Killua Zoldyck.

Alto ahí, gatito [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora