33.- Otra vez no

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Te vestiste rápidamente dentro del baño, tu rostro estaba sonrojado de la vergüenza y te sentías confundida con lo que acababa de pasar.

— ¿Qué voy a hacer? le salieron orejas de gato, ¿cómo voy a ocultarlo para que no lo vean? — te preguntabas con angustia — no debo entrar en pánico, primero debo pedirle que se quede aquí y evite hablar con otras personas.

Abriste lentamente la puerta del baño llamando a Killua y no lo veías por ningún lado.

— No puede ser, el desgraciado se largó.

Ese fue el comienzo de uno de los días más estresantes y tormentosos para tu corazón.

— ¡Bienvenidos al torneo nacional de skaters más esperado por los profesionales! — emulaba la voz animada por medio de un megáfono en cubierta — por favor, acérquense y anoténse en la lista de participantes, ¡todos pueden aspirar a ganarse el primer premio en efectivo más una promoción para el evento internacional a fin de año!

—  Nombre y apellido, por favor. — solicitó una chica joven, encargada de registrar a los participantes.

— Killua Zoldyck. — respondió sonriendo mientras su cola blanca se balanceaba felizmente detrás de su espalda.

—  Que curiosas orejas. — dijo la chica al levantar la mirada —  ¿eres cosplayer?

— ¿Qué es un cusplaier? — preguntó ingenuo.

El crucero contaba con actividades recreativas dinámicas para los pasajeros, incluyendo un evento exclusivo para los mejores patinadores del país. Talentosos personajes se reunieron en cubierta para prepararse y anotarse con la meta de llevarse los mejores premios.

— ¿Dónde se metió ahora? ni siquiera me dijo a dónde iba. — caminabas descalza por las escaleras de la segunda planta buscándolo por todos lados sin fijarte que había otros pasajeros viniendo hacia ti — ¡Ay, disculpa! — dijiste al momento del choque.

— Eh, no hay problema... ah... — el chico que era de tu edad arqueó una ceja y soltó una pequeña risilla, la sangre se te fué a los talones.

— No puede ser. — pensaste poniéndote nerviosa, de todas las personas que podías cruzarte mientras corrías descalza en vestido de borreguitos tenía que ser él.

— Hey, yo te conozco, tú eres la chica que se me declaró en secundaria. Sigues siendo igual de fea.

No.

No...

Otra vez no...

Alto ahí, gatito [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora