79.- Juguetes para la reina

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Bajaron la guardia, se quedaron dormidos y lamentaron haberlo hecho.

Cuando despertaste, el dolor y el frío se habían ido, te cubrían sábanas cálidas en una cama enorme con peluches alrededor.

— Estoy soñando... — diste por hecho levantándote de la cama, en el suelo había unas pantuflas, llevabas puesta una pijama calientita, al lado, en una mesita de noche, una taza de chocolate caliente. — Sí, es un sueño.

Bebiste de la taza sin culpa y te quemaste la lengua, subestimaste tu "sueño".

La habitación era demasiado hermosa, el techo alto poseía un candelabro de cristal, el suelo alfombrado de blanco y los muebles de madera pintados del mismo color. Te acercaste a la puerta y te diste cuenta de que era falsa, no había una puerta.

— No es un sueño, es una pesadilla. — te asustaste revisando cada rincón de la habitación, pero todo parecía normal, gritaste por ayuda, pero no recibías respuesta.

Encima del tocador encontraste una nota.

~Termina el chocolate.~

Sin entender porqué, hiciste caso a lo que decía, te sentaste al borde de la cama y trataste de calmarte, tomando el resto de la bebida.

Una vez que lo hiciste, en el fondo de la taza leíste otra nota.

~Cámbiate de ropa.~

— ¿Qué? — miraste a todos lados intentando ver alguna cámara oculta, ¿qué clase de pervertido te pide algo como eso?

Revisaste el armario por curiosidad, había únicamente vestidos, todos hermosos, de diferentes diseños y colores.

— Ni el pinche closet de mi barbie se veía así. — te quejaste tomando uno de ellos.

Te quedaba a la medida, cada prenda era de tu talla, como si hubieran sido hechos especialmente para ti.

Al terminar de cambiarte, apareció otra nota en el gran espejo del tocador.

~Maquíllate y péinate.~

— Es el reto suicida. — dijiste rascándote la cabeza, eras pésima en eso.

No sabías porqué seguías la corriente, pero ¿qué más podías hacer? te ganaba la curiosidad.

Sentiste un escalofrío al ver cómo tus labios cambiaban de color al tocar un labial.

— Ay no, ¡estoy atrapada en un juego de chicas! — temiste, pero sin dejar de tocar cosas.

Al final, elegiste un look natural, y al tocar un cepillo, automáticamente tu cabello cambiaba de estilo, a rizado, lacio, ondulado, afro, etc.

— Por favor, que no exista una opción de calvicie. — dicho aquello, elegiste el que más te gustó.

Un pequeño cajón del tocador se abrió para mostrar una última nota.

~Introducción terminada~

De pronto, una gran pantalla se generó en una de las paredes, mostrando a una chica vestida de reina que aparentaba una edad de aproximadamente 15 años, con una sonrisa de lado, cuando comenzó a hablar, todo lo lindo de aquél entorno cobró sentido.

— Bienvenidos a mi dimensión de juegos. Por fin estamos completos.

Tal como lo había dicho Killua, se enfrentaban a usuarios nen.

Alto ahí, gatito [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora