41.- control Parental

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El agitado mundo de internet divulgaba rápidamente toda información sobre ti, esas personas que te envidiaban por el simple hecho de ganarte el corazón del prestigioso Zoldyck, una tras otra las publicaciones y comentarios al respecto bombardeaban la bandeja de correos y notificaciones en tu computadora.

— Adiós a mi estilo de vida anónimo. — te resignaste viendo tu foto por todos lados en cada foro de noticias. Diste un suspiro tratando de procesar el impacto que estabas causandole al mundo, comenzabas a sentir más estrés que en un examen final.

— Te están llamando. — dijo Killua apuntando tu celular, dejaste tu correo abierto para ir a contestar.

— Es mi madre, oh no, esto no me gusta, ya vuelvo, hablaré con ella. — tu rostro palideció haciendo que salieras de inmediato, cualquier llamada con ella en ese momento no parecía una buena señal.

Killua se quedó observando la pantalla de tu laptop afilando sus garras mientras hacía una cara amenazante.

— Así que tú también pones triste a mi novia, ¡¿ah?! ya verás.

Intentaste hacer una voz relajada y neutral pero los nervios se notaban, las madres detectan todo y es imposible ocultarles las cosas por mucho tiempo.

— Hola mamá, ¿qué tal todo?

— Hola cariño, ¿me podrías explicar que significa eso de que te vas a casar? — directo al grano, como siempre, sin posibilidad de pensar en una buena mentira.

— ¡¿Viste las noticias?! fué un espectáculo, esas son mentiras, ya sabes cómo son los medios jaja... — el tono te delató, sobre todo esa risilla de babosa, ay no, ¿porqué no sigues el guión? que mala actriz.

— Tu padre quiere que regreses. Tomarás el primer avión a casa en cuanto llegues al puerto. — expresó con tono firme, era una orden y tenías la obligación de obedecer ya que eras menor de edad aún.

— ¡Pero mamá! ¿porqué quieren que yo...

— Hablaremos cuando estés de regreso. — cerró con broche de oro, recordándote porqué las madres tienen un sexto sentido bien desarrollado, ella se dió cuenta de todo. — Y por favor, deshazte de ese "gato".

Si tus padres no fueran tan sobreprotectores quizás habrías pensado dos veces el salir de casa tan joven, y de sólo pensar en regresar sentías el peso del fracaso total en tus manos. Tu vida libre e independiente estaba por terminar. Y entonces recordaste, el origen de tus traumas.

— No quiero volver a casa... allá está... esa persona.

La razón por la que habías decidido vivir distanciada del mundo volvería a tu vida. No lo habías superado y no querías verle la cara de nuevo.

Al cortar la llamada volviste al camarote dispuesta a contarle todo a tu novio. ¿Porqué dejaste solo al gato?

— Killua, tengo que decirte... — pausaste de golpe al ver el destrozo tecnológico en el suelo — ¡¿QUÉ LE HICISTE A MI LAPTOP?!

Alto ahí, gatito [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora