14.- Lo único que quería

3.2K 397 128
                                    

— ¿Qué pasó? ¿¡porqué estamos en la playa?! — apenas abriste los ojos y te viste rodeada por suaves olas del mar chocando contra tus pies, el sol resplandecía en un agradable amanecer al frente, te preocupaba no recordar cómo terminaste allí.

— Porque es el único sitio donde nadie se asustara al verte empapada y en ropa interior. — contestó el albino sentado a dos metros de distancia con unos lentes de sol como si disfrutara el momento.

— Sácame del agua, ¡ya! ¡¿qué es esto?! debemos volver al apartamento. — te levantaste dirigiéndote rápidamente al hotel, el cuál no se veía por ningún lado.

— No podemos. — Killua agarró tu muñeca evitando que siguieras adelante, no sostenía la mirada contigo.

— ¿Qué? ¿porqué? espera, yo fuí a pagar anoche y... no recuerdo si... no recuerdo nada... — Escuchaste varias patrullas, ambulancias y personas acumulándose a unas cuadras, allá estaba el hotel — Killua... ¿qué pasó?

— Traje tu maleta y tu laptop, no pude cambiarte de ropa porque estabas cubierta de sangre.

— Cubierta de... dios mío, ¡¿qué dices?! me estás volviendo loca, deja el misterio, ¿porqué nosotros estamos aquí?

— Bueno, es que el tipo ese... — Volvió a recordar la escena que presenció y cambió su explicación por reclamo — ¡¿porqué tenías que ir a la habitación de un hombre a media noche y en pijama?!

— Ya veo ¿todo esto pasó por tus celos mediocres? Bien ¡estoy cansada de ti y tus tonterías! Te he dicho que no me da gracia que me hagas estas cosas como si fuera algo normal, ¿Qué hiciste allá? y quiero la verdad o te juro que esta vez sí llamo a la policía porque estoy harta y quiero que te vayas de mi vida.

El albino se quitó los lentes de sol para verte directamente a los ojos con una expresión fría. Por un instante sentiste su aura negativa, después de todo, acababas de amenazar a un chico peligroso.

— Maté al casero porque te drogo para violarte. — Confesó sin expresar ninguna emoción, tan solo su fría mirada asesina.

El último recuerdo que tenías antes de perder la conciencia fue intentar salir de la habitación después de darte cuenta que habías bebido algo que te mareaba, de pronto sentiste culpa, porque Killua decía la verdad.

— Te encontré inconsciente en ropa interior con ese tipo asqueroso encima de ti y lo asesiné. — No podías sostenerle la mirada después de la repentina culpa, él lo sabía y por primera vez sería su turno de hacerte ver que estabas equivocada — ¡Salvé tu virginidad de un verdadero pervertido¡ y aún así no entiendo porqué no me quieres contigo, JAMÁS te haría daño, ¡¿crees que me habría molestado en caerte bien si quería lastimarte?!, no sé qué debí haber hecho entonces y es que actúo de esta manera irracional porque... yo... quería que tú... — agachó el rostro tragando saliva, le costaba abrir su corazón tras expresar su enojo, lo carcomían los nuevos sentimientos que nacían bajo su pecho.

— Killua... me salvaste de eso... y yo... — Arrepentida del trato que le habías dado, caíste de rodillas buscando su rostro ahora cabizbajo.

— Tú como siempre no te interesas. — cerró sus ojos conteniendo un nudo en la garganta — Hice lo que creí correcto para que te fijaras en mí y me tratas como un criminal.

— Creí que jugabas conmigo, por eso no te tomaba enserio. — quitaste un mechón de su cabello para encontrarte con su perfil melancólico, ¿de verdad una cosita tan tierna podía ser un asesino?

— Quería que volvieras a hacerlo... porque me gustó mucho la primera vez. — Susurró el chico desviando sus ojos al suelo, con las mejillas ruborizadas.

— ¿Hacer qué? — te acercaste más a él para escucharlo decir en tu oído en voz baja.

— Tocarme. — musitó ilusionado con una tierna caricia en la cabeza.

Y como eres pendeja, le metiste la mano entre las piernas.

Alto ahí, gatito [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora