Killua tenía todas las de perder, principalmente por la falta de la herramienta básica para participar. Skate.
— Eh, bueno, podrías usar una que tenemos en la bodega, es de las cosas perdidas que quedan en el crucero, parece que pertenecía a un niño, así que es pequeña. — dijo el jefe intentando ayudar.
Killua y tú se miraron con duda. Pero si eso servía para adentrarse en la competencia, aceptaban.
Tu mente acumulaba preguntas y dudas sobre las habilidades de Killua. A la vez, te emocionaba imaginar que habría una disputa entre ellos dos por ganarse el derecho de quedarse en el barco.
Dolería mucho ver a Killua pedir perdón a un patán en público. Querías que un milagro ocurriera.
Primera ronda. 28 participantes en total.
Killua llegó al final para hacer su debut usando una patineta de madera con llantas de plástico, sumándole a ello que llevaba las orejas y la cola de gato.
No faltaron las risas del público y los comentarios burlescos de los demás participantes.
— No, está mal, debo decirle que renuncie, lo harán sentir frustrado por mi culpa, no quiero que le suceda lo mismo que a mi. Este tipo de humillaciones no se las merece.
Con esos pensamientos y ganas de no mirar ni escuchar, te mordiste el labio desesperada, observando cada una de las 4 rondas.
Y cada 15 minutos que terminaba una, los abucheos, burlas y malos comentarios se fueron convirtiendo en aplausos, gritos de euforia y elogios, una vez que llegaron solo dos a la quinta ronda.
El despreciable chico de la secundaria, y Killua.
No te diste cuenta en qué momento empezaste a aplaudir y gritar al igual que todos, apoyándolo, realmente era un profesional. Lloraste de alegría, jamás pensaste que verías a ese tipo comiendo el polvo, esforzándose para hacer maniobras imposibles tratando de imitar a Killua que parecía volar en el aire. Sin sudar, ni tomar agua, ni agitarse.
Era una estrella. Ganó la última ronda. Ganó el premio mayor del evento. Recibió el trofeo de manos de su rival que se inclinó ante él. Te acercaste lo más que pudiste al frente de todo el público, expectante para escuchar su disculpa pública.
Killua tomó el micrófono y habló primero.
— No me pidas disculpas a mi.
El desorientado perdedor preguntó confundido usando otro micrófono. Todo el mundo podía escucharlos.
— ¿Entonces a quien?
Killua te señaló con la mirada y extendió su mano hacia ti.
— A ella.
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Alto ahí, gatito [+18]
FanfictionNo te tomas nada en serio, ni siquiera cuando te encuentras frente a frente con un asesino profesional. ¿Podrás ganarte su corazón o arruinaras todo como es tu costumbre? Deja de tener miedo a enamorarte, quizás esta vez sea tu turno de ser felíz. ...