28.- Márcame

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Pertenecerle a Killua Zoldyck.

¿Qué implica comenzar este romance tan complicado con un asesino profesional?

No puedo pensar en nada cuando está mirándome con deseos maliciosos.

Lo único que me preocupa es que la maldita puerta esté bien cerrada para poder ser...

¿Sería correcto pedirlo así?

De un segundo a otro parecía haberse elevado la temperatura a un grado que no podías soportar.

Killua dió el primer aviso y no hay marcha atrás, ni pausas, ni la magia de giro de la trama que escribe la autora porque siempre te ando haciendo el paro y hoy me da flojera.

Estabas a merced de lo que no sabías controlar, los impulsos sexuales de un adolescente que además de pervertirte durante días, era manipulado inconscientemente por los instintos de un gato en desarrollo con ganas de perseguir feminas en los tejados a las 3 am.

— Pertenecer... a Killua Zoldyck... — respiraste profundo intentando permanecer en este mundo y no desmayarte.

Experimentabas cierto miedo al escuchar que serías marcada como propiedad de aquél chico, pensabas babosadas como que era demasiado pronto, aún no te sabías ni sus redes sociales, ni su curp, aunque tú para qué fregados necesitas la curp.

— Quiero tu respuesta, ahora. — ordenó el albino rasgando con una uña afilada los costados de tus bragas.

— ¿Si me negara? — sugeriste esperando compasión.

— Te arrepentirás. — respondió directo y decidido.

— Ja, idiota, oblígame pero si me dejo ya no es violación.

Denle un premio a la protagonista más ingenua de este universo.

— ¿Dejarte? ¿lo soportarías? — provocó apretando tus pechos con ambas manos.

— ¡Aaahg! — gemiste involuntariamente al sentir las frías manos invadiendo sobre tu piel, además del roce que su erección tenía contra tu vientre, te supiste húmeda y a la vez culpable de caer irremediablemente en la tentación.

— Dilo... dime que te marque, pídeme que deje mi huella dentro de ti. — suplicaba Killua luchando con tus manos que intentaban cubrir tu vagina expuesta lo suficientemente húmeda para que aquél gatito hambriento se alimentara.

Besaste sus manos haciendo que acariciara tu rostro y luego buscaste tomar sus labios con los tuyos, Killua aflojó el cuerpo cayendo sobre tí, pensaste que lo tenías dominado.

Hasta que sentiste la primera embestida.

Alto ahí, gatito [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora