Alto ahí, gatito [+18]

70.- Ejecución pública

Está en todos los noticieros.

Noticias urgentes para nuestro país, esta mañana, algunos protestantes piden un juzgado e investigaciones previas a la acusada por ser menor de edad.

Sin embargo, el peso de la ley no recae en manos de nuestra nación, una vez extraída del país, la señorita "inserte nombre" ha sido sentenciada a pena de muerte por el cargo de genocidio de mayor grado.

Hablamos del terrible atentado terrorista que acabó con la vida de más de dos mil personas a bordo de un crucero donde viajaban en su mayoría adolescentes de familias prestigiosas.

La denunciada ya era conocida en redes sociales como una probable "novia" de un asesino de élite. Al no ser socorrida por el chico Zoldyck, las autoridades la declararon culpable por suplantar una identidad no correspondida.

La ejecución se llevará a cabo de manera pública mañana a las 3 pm en el puerto militar frente a una audiencia seleccionada donde asistirán los amigos y familiares de los fallecidos en el crucero.

De la misma manera, se transmitirá en vivo por todos los medios nacionales e internacionales. La muerte de los inocentes no quedará impune.

La puerta se abrió mientras aún conciliabas el sueño. Apenas abriste los ojos y notaste que alguien colocaba esposas en tus manos y te obligaban a levantarte.

Te sentías tan débil que ni siquiera hiciste el esfuerzo por forcejear. Esta vez no te encapucharon, así que pudiste salir guiada por un par de uniformados armados.

Caminaste por un largo pasillo donde las celdas resultaban albergar a muchas más personas de las que creyó en un principio.

Saliste por una puerta de hierro bien asegurada, otros dos guardias afuera te esperaban.

Ibas tarareando una canción mientras subías por unas escaleras en espiral. Aquella prisión era subterránea, por lo que, la luz del sol no llegaba abajo.

Recibir el brillante sol en el rostro al llegar a la superficie te irritó la vista, sin embargo, conforme lograbas distinguir el panorama, tu corazón se aceleraba.

Cientos de personas estaban reunidas en una especie de auditorio al aire libre, con cámaras y celulares grabando.

Una pantalla gigante transmitía tu imagen como la "estrella principal".

Estabas atrapada en tus peores temores, todo junto.

Rodeada de la gente que te odiaba sin motivo o por ser inculpada, de militares que apuntaban sus armas hacia ti.

El rechazo, el odio, los abucheos, el exceso de atención negativa, jamás habías sentido tanta humillación en toda tu vida.

— Dios, soy yo otra vez... — rezaste implorando piedad con tus memes raros.