Hilos y unos pedazos de cerámica rota, eso era lo único que poseían en ese momento. Dakotsu se preguntó, si los restantes objetos se encontraban cerca. Había adquirido mucha más vitalidad una vez que abrió los ojos y decidió calmarse, aún le molestaba el hecho de que Kanna la hubiera utilizado para traer a Kagura sin su consentimiento. Como odiaba la arrogancia de esta última.
- ¿Por qué esperas tanto? Adelante, hazlo.
Y según el dicho "Hablando de la reina de Roma", Kagura apareció en la habitación luciendo una leve sonrisa, la cual no hizo más que empeorar el estado de la pelinegra.
- Incluso podrían ayudarte a buscar los restos de los demás.- No es lo que planeo hacer. Tampoco es así de sencillo.
Dakotsu se puso de pie de donde se había encontrado sentada meditando en un principio, apartó algunos mechones de su cabello y sus pasos la llevaron a uno de los ventanales del palacio.
- Esto debe hacerse bien y de un solo salto, estamos hablando de seres que vivieron en su tiempo, murieron y fueron revividos para seguidamente volver a perecer. Ellos no son una simple extensión como tú.Dakotsu no ladeó la cabeza para referirse a ella, pero el mensaje había llegado fuerte y claro. Kagura solo sonrió, le parecía bastante interesante la personalidad y carácter de la niña, así que dejó de lado aquel insulto hacia su persona e indirectamente hacia la misma Kanna.
- Naraku lo hubiera hecho sin problemas.
Sus palabras brotaron de la nada en un tono afilado, similar a las cuchillas de aire que solía utilizar para con sus enemigos. No le importaba para nada lo que la chica pensara con respecto a ella, tampoco le importaba si en ese mismo instante ésta decidía asesinarla. Ella estaría agradecida por no tener que servirla.- Tienes razón. Él lo hubiera hecho sin problemas.
Mencionó Dakotsu de la nada haciendo que toda la atención de Kagura se centrara en ella. Ahora sí la pelinegra la miraba, sus ojos brillaban como la noche más estrellada y en sus labios estaban dibujada una sonrisa.
- Lo habría hecho sin pensarlo, solo por querer hacerlo. Yo no soy tan imprudente como alguna vez él lo fue, después de todo, eso causó que terminara como terminó.Dakotsu dejó su sitio y se encaminó hasta donde los objetos que observaba anteriormente yacían. Los colocó en una caja y los guardó sobre un mueble de madera Blanca cerca de la chimenea. Caminó hacia Kagura y al llegar ante ella, se detuvo ladeando un poco la cabeza.
- Yo no soy él, querida.
Dicho esto, se puso de puntillas y dejó un beso en su mejilla. Uno tenue, pero que poco a poco comenzó a arderle tan pronto Dakotsu se alejó.Kagura maldijo y presionó con mucho dolor su piel lastimada, no estaba segura de lo que aquella niña había hecho hasta que, cuando retiró la mano, notó pequeños rastros de sangre en el sitio donde había dejado el beso. Esa sangre no era suya.
Mientras tanto, Dakotsu sonreía a la par que relamía sus labios para eliminar la pequeña herida que se había hecho al morder su propia carne, además de limpiar el suave rastro de sangre que había quedado impreso en ellos. Tal vez no fuera como Naraku, tal vez sus métodos eran otros, tal vez era demasiado joven para aquella carga, pero de algo estaba segura, estaba satisfecha de ello. Satisfecha de ser mucho más de lo que había sido ese ser, y se lo iba a demostrar a todos.
- Dakotsu.
Kanna apareció ante ella, pero la mencionada solo pasó de largo manteniendo una sonrisa satisfecha en su rostro. La pequeña albina no comprendió el motivo, así que solo se la quedó mirando hasta que notó que se detenía.- Olvida lo que pasó. No tengo interés en preocuparme por ello, mi visión está en encontrar los objetos que aún nos faltan.
Su voz sonó firme, pero ligeramente divertida. Esto confundió a su contraria, pero aún así no preguntó el motivo.
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La 8va
Fanfiction7 Guerreros. 1 Secreto. 1 Vida Falsa. 1 Chica. 1 Destino. Al abrir los ojos, te das cuenta de que tu vida no se basaba en lo que creías. A lo largo de tu vida, te han hecho creer algo que no es. El destino te lleva lejos, a encontrar para qué fuiste...