Capítulo 15

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Corte por corte, mecha por mecha, el cabello de Dakotsu fue reduciéndose de tamaño hasta llegar a la altura de su mandíbula.

Lo que alguna vez había sido una hermosa cascada de ondas oscuras, ahora era una suave y corta cortina negra con un ligero decorado de ondas en las puntas.

- Está hecho.
Susurra tomando las mechas cortadas y las observa sin expresión alguna. Seguidamente las deja caer al río, dejando que éstas se esparcieran y las ondas cristalinas se llevaran consigo lo que alguna vez en su otra vida había sido una de las mayores características que poseía.

- No podrás escapar, Dakotsu.
Esa voz otra vez, atormentado su cabeza como un millón de alfileres clavandose en su mente. Dolía, y mucho.

- Déjame...
Era más como una súplica que una orden, el dolor era bastante fuerte que no tenía la suficiente autoridad para decirle que se detuviera.
Apretó las manos sobre su cabeza y soltó un agudo grito, tirándose al suelo y colocándose en posición fetal. Como si eso disminuyera su dolor.

- No lo haré.
La voz de Naraku retumbaba en su cabeza, quemando cada pensamiento de resistencia que la chica pudiera tener.
- Un año más, querida. Y todo lo que conoces cambiará.

- No... Lo voy... A permitir...
Decía apretando los dientes, el dolor ahora se alojaba en lo más profundo de su pecho. Las lágrimas no dejaban de caer.

Era demasiado para una niña de tan sólo 12 años.

- Ya veremos.
Dicho esto, la mente de Dakotsu fue liberada. Naraku dejó de atormentar su cuerpo y la dejó; no permanentemente, ella sabía que volvería.

- ¿Porqué yo?.
¿No... No podría haber sido una chica normal, al igual que todas?.

A pesar de que ella sabía la respuesta, no quería aceptarla.

Su abuela, su madre. Ellas no tenían la culpa, simplemente habían sido contenedores para crearla; para ser otro contenedor más que, al ser abierto, pondría a todos de rodillas.

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