Mucho tiempo antes y en otra región...
Luego de que la perla de Shikon fue destruída, Kagome volvió a la época actual y el pozo devorador de huesos quedó sellado por tres años; el cual volvió a abrirse dejando que ella tenga la posibilidad de volver a aquella época. En esos tres años, muchas cosas ocurrieron en la época antigua; Sango y Miroku se casaron y tuvieron tres hijos, las gemelas Mika y Maki, y un par de años después un niño llamado Mijatsu.
Como ya se veía venir, la boda de Kagome e Inuyasha no tardó mucho en realizarse, al igual que el de Ayame y Kouga; los cuales se casaron aproximadamente un mes después de que ellos lo hicieran.
Tiempo después, la calma reinó. Bueno, una que otras veces obviamente Inuyasha salía junto con Miroku a alguna aldea con problemas; haciendo que el monje aumentara cada vez más el pago por el trabajo. Mientras tanto las mujeres hacían el trabajo doméstico y los niños jugaban.
Lejos tras las montañas, el clan de los lobos se preparaba para un nuevo desafío... El líder iba a ser papá.
El año consecutivo a la boda había sido bastante favorable, ambos clanes se habían unido creando uno solo, solidificando la unión de Kouga y Ayame.
El joven no paraba de vueltas ante la cueva donde su esposa estaba postrada, él podía oír voces distorsionadas por el eco y la profundidad de aquella cueva, maldecía que la partera no lo dejara entrar; la ansiedad lo estaba carcomiendo. Hasta que lo oyó... Llantos de un recién nacido.
A pesar de que hicieron lo posible para detenerlo, Kouga corrió y se adentró a la cueva llegando al lugar donde varias antorchas iluminaban el sitio. El chico se detuvo y el aire faltó en sus pulmones al observar lo que tenía delante suyo, algo que hasta él mismo no podía creer aún... Ayame estaba postrada sobre unos lienzos y enrollados en otros, estaban dos pequeños a cada lado de la misma. Con los ojos cerrados y moviendo sus pequeñas manos aferrándose a los dedos que su madre tenía alrededor de ellos.
- A... Ayame.
¿Qué padre no estaría sin palabras ante el nacimiento de sus hijos?.
Kouga se acercó lentamente como si aún no creyera lo que sus ojos estaban observando.Ayame le dió una pequeña sonrisa.
- Mira Kouga, son un niño y una niña. Ya pensé en los nombres, Kunai y Katana, ¿qué te parecen?.El mencionado salió de su trance y se acercó más inclinándose a un costado, observando a uno de los pequeños que estaba ante el.
- ¿Kunai?.
Preguntó mirando a Ayame, ella sonrió asintiendo.Kouga cargó al niño y éste abrió los ojos parpadeando un par de veces. El joven lobo miró a su hijo con sorpresa para luego mirar a Ayame.
- Tiene... Tiene nuestros ojos.Efectivamente, el niño tenía los ojos de sus padres; el de la derecha en color azul, mientras que el de la Izquierda en verde.
- Ambos los tienen.
Dijo Ayame sonriendole a su pequeña, quien ya había despertado y ahora se chupaba el dedo. Katana tenía los mismos colores de ojos que su hermano, solo que en direcciones opuestas; verde a la derecha y azul a la izquierda.Kouga se encaminó nuevamente hacia ellas y depositó a su hijo entre los brazos de Ayame para luego cargar a Kunai.
- Serás un gran líder cuando crezcas. Estoy seguro.Y así transcurrieron los años. El invierno se convirtió en primavera, los árboles crecieron hasta llegar al cielo y dar los frutos más dulces de la aldea. Al igual que el tiempo pasó, los niños crecieron y al igual que cada año trajo una nueva sorpresa para todos, el año que naciera la niña que cambiaría todo llegó.
Mijatsu siguió los pasos de su padre, convirtiéndose en el joven monje al cual le encantaba cortejar a las jovencitas de su aldea; Miroku estaba orgulloso, pero no se podría decir lo mismo de Sango.
Kunai y Katana comenzaron su largo viaje por el camino hacia la formación, siguiendo los pasos que sus padres habían dado cuando eran muy jóvenes para ser lo que ahora eran. Unos líderes respetables.
Varios años transcurridos; un largo tiempo cambiando días, estaciones, vidas y familias.
Al llegar la siguiente primavera, los gemelos habían madurado y estaban listos para volver a la manada. Llevando con orgullo el nombre del clan y el de sus antepasados. Estaban listos para a afrontar la realidad y dar la cara por los suyos.
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La 8va
Fanfiction7 Guerreros. 1 Secreto. 1 Vida Falsa. 1 Chica. 1 Destino. Al abrir los ojos, te das cuenta de que tu vida no se basaba en lo que creías. A lo largo de tu vida, te han hecho creer algo que no es. El destino te lleva lejos, a encontrar para qué fuiste...