Capítulo 16

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Lentamente se levantó del suelo como si nada hubiera pasado; como si aquel monstruo de Naraku no hubiera irrumpido en su cabeza y hecho que su cuerpo ardiera al igual que lo haría en el mismísimo infierno.

- No podrás escapar, Dakotsu...

- Un año más, querida. Y todo lo que conoces cambiará...

- Ya veremos...

Decidida a no pensar más en lo que había ocurrido, se encaminó hacia la aldea sin expresión alguna. La mirada que obtuvo por parte de los aldeanos era similar a como cuando observaban a un fantasma o a algún extraño, pero no, era el aspecto de la niña lo que llamó la atención de los mismos.

- ¿Dakotsu?.
Una voz a lo lejos hizo que ella se quedara quieta, era la de Chiasa.

La chica soltó un largo suspiro y luego de unos segundos miró a su tía con un intento de sonreír, aunque pareció más una mueca.
- Tía ¿Me has llamado?.
Su tono era tranquilo, una pluma delicada arrastrada por la suave brisa matutina.

La cara se Chiasa era de risa. No se podría decir si estaba sorprendida, confundida, asustada, perpleja o furiosa.
- ¿Qué... Qué le ocurrió a tu pelo?.

- Hora de los interrogatorios. Genial.
Pensó la chica rodando los ojos.
- Me gusta así. Últimamente se vuelve molesto el hecho de que los mechones largos irrumpan en mis actividades cotidianas, así que decidí cortarlo.

- Sakura enloquecerá, lo sabes ¿verdad?.
El cambio de humor de Chiasa hizo que Dakotsu se relajara. Su tía hablaba con un tono divertido, lo cual continuó por un rato más.
- Pareces un niño. Ojalá no te confundan.

- ¿Un niño?. Tía, por favor.
La tierna risa de la chica hizo que la mujer también riera. Seguidamente ambas caminaron a la chosa de Sakura, quien recibiría una gran sorpresa al observar que su hija había cortado su largo y hermoso cabello.

Mucho antes de que Sakura se enterase que su preciosa y única hija era la reencarnación de Naraku, amaba aquel oscuro y largo cabello que ella poseía. Luego de enterarse del destino de Dakotsu, aún así siguió amando su cabellera. Pero ahora, ¿cómo lo tomaría?.

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