Capítulo 36

55 5 1
                                    

- No te desvíes, querida mía, estás cerca...

- ¿Qué Inuyasha mató a Kagome?... su amor hacia Kikyo no ha cambiado...

- La anciana Kaede sabe la verdad...

- Mijatsu...

Definitivamente se trataban de divagaciones, divagaciones sin sentido que la confundieron más de lo que ya estaba. ¿Qué habrá pasado con ella?.

- Ha vuelto a tener fiebre, ¿tal vez sea que aún no se ha recuperado por completo?
Aquella voz se parecía a la de Sango, no estaba del todo segura. Sentía mucho frío, pero sus extremidades al igual que su rostro no paraban de sudar, como si estuviera encerrada en una especie de recámara con vapor.

................................

El día anterior había sentido como si algo cambiara dentro de su cuerpo, lo que le dió la impresión de ser a causa de aquellos hilos que habían cortado ligeramente su carne.

Su mirada bajó hacia la mano que había sido herida; una pequeña línea rosa era lo único que quedaba y eso la tranquilizó. Su curación seguía su natural ritmo pero, ¿porqué se había enfermado?.

- A pesar de todo, sigues siendo humana.
Kanna la sacó de sus pensamientos, como si respondiera a aquella pregunta mental que se había hecho a sí misma.

- ¿Qué?.
Dakotsu ladeó la cabeza para observar a la niña, la cual se encontraba sentada de rodillas al borde del arroyo donde la había visto por primera vez.

Aquella mañana al despertar, Kagome asumió que la fiebre que había padecido Dakotsu solo era porque su organismo aún se estaba adaptando. ¿Pero a qué? Al parecer la sacerdotisa se refería a que, como Dakotsu había permanecido mucho rato sin comer cuando había estado dormida, a su sistema aún le costaba acostumbrarse.

La pelinegra no recibió respuesta por parte de su contraria y eso la confundió, más decidió que sería mejor concentrarse en el hecho de que aquella mañana, debía encontrar otro fragmento perteneciente a alguno de los guerreros.

La 8vaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora