Se dice que los principios siempre dan miedo, que los finales son tristes y que lo importante es el camino que aún queda por recorrer... pero, ¿y si el camino termina llevándote hacia la montaña cuya historia predice una muerte segura?.
Era como si una de las hebras de su cabello hubiera sido cortada justo por la mitad, un pequeño dolor, casi tan insignificante pero que a la vez causaba una sensación bastante extraña. Una mueca apareció en su rostro a la par que ladeaba la cabeza hacia la montaña Kugutsu, tenía la sensación de que algo había ocurrido, de que algo que no estaba en sus planes había surgido como para tenerla algo inquieta. Se puso de pie, tomando el broche entre sus manos ante la mirada atenta de la mujer, la cual, estaba a punto de pedir que se lo devolviera hasta que simplemente Dakotsu salió del lugar. Tan pronto estuvo afuera, una energía demoníaca bastante fuerte hizo que su piel se erizara ligeramente. Ésta provenía de la montaña.
- Me llevaré esto.
Le mencionó a la mujer al mismo tiempo que colocaba el broche entre sus prendas y sin despedirse de ella, cortó camino a una gran velocidad hacia el sitio donde tenía pensado ir.
Conforme sus rápidos pasos la acercaban cada vez más a la elevación rocosa, la energía se volvía más densa a la par que una especie de neblina amenazaba con opacar su campo de visión. El aroma a tierra húmeda causó escozor en sus fosas nasales y en su garganta, el ambiente también tenía un toque a humedad haciendo que su pelo se empapara ligeramente. Dio un paso más y sus pies se encontraron con algo que se adhirió a la suela de su zapato, retrocedió un poco y bajando la mirada, se encontró con lo que parecía una camisa manchada con sangre. Según pudo olfatear, se trataba de sangre humana, pero en un estado bastante curioso; era como si ya hubiera transcurrido tiempo desde que había muerto, pero aún así, mantenía congelado el estado de descomposición.
Su brazo se elevó hasta su rostro para poder taparse la nariz con la manga de sus prendas, el aroma se hacía cada vez más fuerte y la presencia de sangre en semi putrefacción no ayudaba mucho. Tosió un par de veces conforme se acercaba cada vez más hacia donde podía sentir una suave presencia, era muy escasa, pero estaba segura de que se trataba de Kanna.
Detuvo su andar nuevamente, no porque haya encontrado algo a sus pies, sino más bien porque la presencia de algunos seres ante ella obstaculizaron su camino haciendo que se pusiera en alerta rápidamente. Entre aquellos seres, a lo lejos pudo observar a Kanna siendo arrastrada hacia las elevaciones de la montaña, donde según su percepción, hubiera jurado que las ondas de energía provenientes de dicho lugar formaban unas especies de tentáculos o garras con el fin de llegar junto a la albina.
¿Qué podría hacer estando solo armada con lo que traía puesto? Podía utilizar los fragmentos de los 7 guerreros que había conseguido, de dicha forma, ellos podrían ayudarla. Después de todo, aún no había aprendido a defenderse.
- Te comportas como una niña indefensa, cuando lo que necesitas es un arma y no a un montón de juguetes para que te salven.
Se dijo a sí misma prestando los dientes.Y como si sus súplicas, o lo que sea que hubiera sido aquello fueran escuchadas, un suave destello fue emitido desde su palma derecha, haciéndola entrecerrar ligeramente sus ojos. Ya cuando los abrió por completo, notó sorprendida un arma delicadamente encorvada hacia un costado, tenía buen tamaño, pero el peso parecía perfecto para ella, lo que le causó más curiosidad.
¿Cómo era posible blandir un arma que casi sobrepasaba su propio tamaño? Y lo más importante, ¿de dónde había salido?.
En algún sitio dentro de sus prendas, sintió el calor emanando de un pequeño objeto. Se trataba del objeto que había traído consigo recientemente, podía sentir la energía de Jakotsu proveniente de él y quemando todo a su paso. Sus orbes comenzaron a cambiar de color, haciendo que los contornos aumentaran de tamaño a la par que un gruñido se asentó dentro de su pecho. La energía demoníaca, su propia energía demoníaca, comenzó a despertar en su interior. Meneó la espada hasta colocarla sobre uno de sus hombros, su respiración era tranquila pero a la vez constante, tenía la vista fija hacia la elevación, o mejor dicho, hacia el camino invisible que delineaban aquellos seres sin vida que en ese momento se estaban llevando a su compañera. ¿Compañera? ¿Podría considerarla compañera? Kanna había pasado la mayor parte del tiempo a su lado, no la consideraba su igual, pero tampoco se mostraba tan indiferente a ella... estaba confundida.
Pero por más que lo intentó, luego de haber destruido casi una docena de los cuerpos que se atravesaban en su camino, sintió sus articulaciones tensarse a la par que cada fibra de su ser quedaba completamente inmóvil. Era como si hubiera sido atrapada en un capullo gigante y no pudiera mover ni siquiera la cabeza, sus orbes giraron en todas las direcciones buscando a quien fuera que estuviera haciendo eso, más no lo encontró a simple vista. Por lo contrario, necesitó cerrar los ojos y sentir con cada poro de su cuerpo de dónde provenía, cuando lo captó, se sintió completamente perdida. Aquella energía abrazadora que la dejaba sin movimiento no provenía de ninguno de los seres que yacían allí, mucho menos del demonio atrapado en la cueva que se encontraba más arriba, no, ella misma era quien detenía su cuerpo. Algo dentro de ella impedía que pudiera moverse libremente, ¿sería que aún estaba débil? Puede ser. Después de todo, aún le faltaba mucha experiencia.
Sus orbes habían cambiado de color nuevamente, la espada Jakotsu desapareció de sus manos y la sensación de entumecimiento con ello. Ya libre, comenzó a correr, haciendo todo lo posible para esquivar a los cuerpos que avanzaban detrás y sobre ella. Una gran ráfaga de aire la hizo detenerse, la misma también había hecho una especie de espiral o remolino a su alrededor para poder evitar que aquellas marionetas llegaran hasta donde la pelinegra estaba. Cuando Dakotsu elevó la vista, se encontró con Kagura montada sobre su pluma y en las manos, el abanico con el que había creado el remolino. Además de una sonrisa con aires de superioridad.
- Sigue, yo me encargaré de ellos.
Tan pronto Kagura terminó de hablar, el aire se esfumó rompiéndose así en distintas direcciones para abrirle paso a la joven.Dakotsu no estaba del todo segura del porqué Kagura había decidido ayudarla. Se preguntaba si tenía algo que ver con que Kanna estuviera siendo arrastrada contra su voluntad a las fauces de aquel demonio que controlaba las marionetas pero, si el caso era salvarla, ¿porqué ella no lo había hecho teniendo la distracción de aquellos seres a su favor?. Podría haber dejado a Dakotsu y salvado a su hermana... Ignoró las preguntas, ignoró las dudas, ignoró las posibles respuestas, incluso ignoró el hecho de que en su camino había chocado contra uno de los remolinos sin darse cuenta, causándole una pequeña herida en el brazo.
Cuando llegó al inicio de la cueva, Kanna ya no estaba. Aún podía sentirla, su energía iba poco a poco disminuyendo, como si desde allí pudiera oír los latidos de su corazón bajar de ritmo conforme pasaban los segundos. Aspiró profundamente, su propio corazón resonaba dentro de su caja torácica y la oscuridad le dio la bienvenida cuando sus pasos comenzaron a adentrarla a aquel sitio repleto de una asquerosa energía demoníaca.
Conforme caminaba hacia donde la energía se intensificaba, sus pies se encontraban con todo tipo de cosas; entre ellas, rastros de prendas llenas de una sustancia viscosa que no parecía sangre, también algunos huesos humanos y algunas armas. Sus ojos se ampliaron de repente cuando reconoció algo que pareció brillar ante una inexistente luz dentro de la cueva, se acercó a ella y lo tomó con cuidado encontrándose con su propio rostro reflejado en el espejo que Kanna solía tener en las manos. Ya no había poder en él, se había convertido en un simple espejo de bordes preciosos y sin vida... lo que hizo que el objeto perdiera aún más brillo y comenzara a deshacerse en cenizas ante sus propios ojos para seguidamente escurrirse como arena entre sus manos.
Eso solo podría significar una cosa...
- Kanna...
Murmuró suavemente a la par que, sin darse cuenta, su voz tembló ligeramente.
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La 8va
Fanfiction7 Guerreros. 1 Secreto. 1 Vida Falsa. 1 Chica. 1 Destino. Al abrir los ojos, te das cuenta de que tu vida no se basaba en lo que creías. A lo largo de tu vida, te han hecho creer algo que no es. El destino te lleva lejos, a encontrar para qué fuiste...