Capítulo 75

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¿Qué es un ser que no puede sentir el dolor de otros? ¿Cómo podría denominarse a aquel que actúa sin corazón masacrando a su antojo?... ¿cómo Dios pudo permitir incluso que un ser así continuara existiendo por más tiempo?.

- Kagome... por favor...
La voz de Inuyasha comenzaba a sonar ronca. Sentía los latidos de la sacerdotisa, sentía su respiración. Sabía que sólo se había desmayado ya que la flecha no había tocado un punto vital, pero, ¿qué había con aquella energía oscura que emanaba de la flecha?.

Inuyasha intentó quitársela. No. Intentó solo tocarla, pero la energía proveniente de ella lo repelió y la flecha se incrustó más en la sacerdotisa.

- Deberías de tener cuidado. De lo contrario, terminará drenando completamente su energía espiritual al igual que su alma.
Dakotsu lanzó el arco y la flecha hacia su dirección, las cuales aterrizaron a unos centímetros de donde Inuyasha sostenía a Kagome. Éste estuvo a punto de decir algo, abrió la boca para maldecir, pero terminó tosiendo sangre por el esfuerzo.
- Me pregunto, ¿quién se encontrará peor? ¿Tú o ella?.

El hanyo utilizó la tela de su túnica para limpiar sus labios, y miró a Kagome. La sacerdotisa parecía dormir, aunque poseía el ceño ligeramente fruncido. La flecha en su hombro le causaba molestia. Ahora, ¿cómo podría salvarla? No podría permitir que muriera, antes de eso, prefería hacerlo él.

Elevo la mirada hacia Dakotsu, había tomado una decisión.

- No te preocupes, yo te protegeré.
Y dicho aquello, dejó un beso sobre su frente para luego dejarla acostada sobre la hierba. Como pudo, se puso de pie y tomó a colmillo de acero. Sus orbes ambarinos se encontraron con los carmesíes, su corazón palpitando rápidamente.
- Ésto, es por Kagome... y por lo que le has hecho a Dakotsu, ¡Naraku!.

Una risa ajena a la voz de la chica escapó de los labios de quien ahora mantenía la mirada fija en Inuyasha, éste, no hizo más que apretar los dientes mientras que sentía como su sangre hervía al recorrer su cuerpo.

- Ya no es ella...
Mencionó para sí mismo en su mente, y con ello en cuenta, se lanzó para poder atacarla. El choque de energías demoníacas creando una gran humareda de tierra, elevándose hasta llegar más allá de las montañas y el bosque.
Colmillo de acero había sido tomado con ambas manos por la chica, importandole poco que le hubiera causado una pequeña herida en las palmas a causa de ello.

A lo lejos, Bankotsu abrió los ojos sorprendido. Esa misma técnica, lo había utilizado Dakotsu durante una batalla entre ambos.

- ¿Podría ser posible...
Cuestionó el Guerrero en voz alta, aún sumido en la posición de manos que adoptaba la chica. Su mente decidió terminar la frase por él.
- ... Que ella aún estuviese allí?.

......

Pedazo por pedazo, la armadura metálica de Ginkotsu comenzó a caer como escamas inservibles de algún animal. Eso ponía algo molesto al Guerrero, pero no podía evitar que sus piezas cayeran a causa de los golpes que había estado recibiendo por parte del monje y las exterminadoras. Tanto Sango como Miroku se habían apresurado a asistir al encuentro de sus hijas para poder ayudarlas.

- Padre, mire.
Mika apuntó hacia donde su gemela junto a su madre estaban atacando al Guerrero. La naginata de Maki había cortado una superficie blanca de Ginkotsu, haciendo que de esa herida brotara algo de sangre. Por más que el Guerrero intentaba repeler los ataques, parecía ir cada vez más lento.

- Es nuestra oportunidad.
Mencionó Miroku encontrándose con la mirada de su hija, la cual asintió en acuerdo.

Ambos corrieron hacia el Guerrero, encontrando paso gracias a Sango y Maki. Miroku utilizó un talismán para inmovilizar momentáneamente uno de los brazos metálicos de Ginkotsu, el cual permaneció el suficiente tiempo para que las féminas pudieran hacer un ataque combinado y destruir su brazo, el cual salpicó gotas de lo que parecía ser aceite oscuro. Un chirriante sonido metálico de oyó a continuación, haciendo que los cuatro se tuvieran que tapar los oídos por lo estridente que sonaba... como cuando tomas un tenedor y lo arrastras por la superficie de vidrio del plato.

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