- Grita. Grita todo lo que quieras, tu madre jamás volverá...
Decía el híbrido con orejas de perro observándola desde donde su madre yacía sobre el suelo manchando toda la superficie con su sangre.Ella sabía que era un sueño, pero no podía despertar. Era como si necesitara saber, como si necesitara odiarlo más de la cuenta...
- ¡Mamá!...
Abrió los ojos y gritó. Dejando salir todo el dolor que no sabía que aún poseía, aquel que creyó desaparecer cuando observó morir a su tía.- Tranquila, tranquila jovencita. Estás bien.
La voz de aquella anciana la calmó, pero sus ojos no estaban exactamente en ella, sino en la sacerdotisa que la obserbaba con algo similar a una toalla en sus manos.- ¿Ka... Kagome?...
Dijo con la voz un tanto dificultosa. Ambas mujeres que se encontraban en la habitación se miraron sorprendidas y curiosas.
- ¿Sacerdotisa Kagome?.La mencionada le entregó la toalla a la anciana y se puso de rodillas para estar más cerca de la niña, la cual rápidamente la abrazó y enterró su rostro en las prendas de Kagome; el llanto no tardó mucho en salir.
Minutos pasaron hasta que Dakotsu se hubiera calmado completamente, la niña miraba a la nada como si se hubiera olvidado de su propio nombre, pero la verdad era clara: había despertado y ahora debía buscar al Hany...
- ¿Dis... disculpe?.
Dijo suavemente. Al parecer le estaban hablando y ella no se había dado cuenta por haber estado completamente absorta en algo más.Al levantar la vista, sus ojos se encontraron con un monje que se encontraba en la puerta.
- Miroku.
Le dijo algo en su mente. No sabía exactamente nada de aquel sujeto, solo aquel nombre. ¿Ayudaba, acaso?.Pero él no estaba solo.
Una versión más joven del monje se encontraba a su lado, cargando en sus manos algo que tenía un aroma realmente delicioso que automáticamente causó que la chica tuviera hambre.
- Si, ¿nos permite pasar?.
Dakotsu asintió ante la pregunta del monje, inexplicablemente se sentía deseosa de compañía. Tenía una sensación rara, no como ella misma, quería saber lo que había ocurrido cuando estaba dormida.Sus ojos fueron directo al chico que tampoco despegaba la vista de ella, la chica sentía algo extraño dentro de sí, no sabría explicarlo. Salió de su trance cuando el chico se acercó a ella.
- Yo... hola. Debo cambiar su...
El chico apuntó hacia el paño que había estado anteriormente sobre su frente. Sin mediar palabra, asintió y se lo entregó. Cuando él lo tomó, lo sumergió en un líquido con aroma a flores y lo torsió.- No es necesario, hijo. La joven Dakotsu está mucho mejor.
Lo interrumpió el monje y la chica quedó sorprendida.¿Cuándo había mencionado cuál era su nombre?.
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La 8va
Fanfiction7 Guerreros. 1 Secreto. 1 Vida Falsa. 1 Chica. 1 Destino. Al abrir los ojos, te das cuenta de que tu vida no se basaba en lo que creías. A lo largo de tu vida, te han hecho creer algo que no es. El destino te lleva lejos, a encontrar para qué fuiste...