Segunda parte de •DARK QUEEN•
Luego de que Tony Stark se sacrificara para salvar al universo y que Steve Rogers regresara por Natasha para tener una vida plena; Sam Wilson se convirtió en el relevo del Capitán América, Bucky Barnes se encargaba de c...
—Nada, solo quiero molestar.— La chica habló inocente y vió salí a Bucky del baño, con un nuevo traje que le sentaba de maravilla. La castaña silbó. —Pero miren nada más que hombre más hermoso, a eso le llamo un viejo sabroso.—
James se sonrojó un poco y tomó asiento en la parte trasera del jet. Wilson lo miró fijamente, el ojiazul lo miraba igual, ambos tenían una guerra de miradas.
—¡Falta un minuto para lanzarse, Sam!— Informó Joaquín caminando a la puerta del avión.
Jordan estaba viéndolos con diversión desde su posición sobre una caja, en sus manos tenía los auriculares y seguía con si ropa de civil. La mujer decidió romper la tensión. —Pueden besarse si quieren, no me molestaría.—
Sam asesinó con la mirada a la castaña y se levantó, seguido de James. Tomó el auricular, al igual sus lentes, James lo imitó al tomar el audífono y colocárselo.
—¿Y cuál es el plan?— Preguntó Barnes, pero no recibió respuesta.
—Jordan, ¿y tú traje?— Le habló Wilson.
Taylor se cruzó de piernas y una estela de color violeta recorrió su cuerpo, formando un traje. —Listo, pajarraco.—
Bucky mordió un poco su labio al ver a su chica. —Eres mala, muy mala, muñeca.—
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—¡Treinta segundos!— Gritó el chico Torres.
—Disfruta el viaje, Buck.— Se despidió Sam.
—No puedes decirme así.— Reclamó Bucky.
Sam lo ve. —¿Por qué? Steve te llamaba así.—
—Steve me conocía más y tenía un plan.— Dice el Sargento.
—Si siguen peleando los voy a castrar, por más que sufra luego.— Advierte Jordan viéndolos con seriedad a ambos.
Bucky la ve con los ojos entrecerrados. —No serías capaz.—
—¿Seguro, Barnes?— La ojiverde alzó su ceja y pasó su lengua por su labio, dándole escalofríos al soldado.
—¡Quince segundos para dejarlos!— Volvió a comunicar Joaquín.
Sam caminó hacia la salida. —Tengo un plan.—
Bucky salió de su ensoñación y se levantó. —¿En serio? ¿Cuál es?— Sam no le respondió y se lanzó del avión. —Genial.— Gruñó.
