Capítulo. 51

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La segunda visita.

—¿Entonces nuestros hijos ya tienen consciencia?— Le preguntó Bucky a su amada mientras caminaban en busca de un hotel, él aún tenía su mano entrelazada con la de ella.

Jordan asintió. —Eso me dijo, Naiara. Ah, y también que son muy poderosos.— Contestó ella.

—Era de esperarse, eres dios.— Comentó J.C revisando un mapa de hoteles en su celular, con su mano aún aferrada a la de su tía.

—¡Oigan! Yo aquí voy solo, no sean así.— Se quejó Sam, que iba caminando delante de los demás.

Taylor río, soltó las manos ajenas para correr hacia Wilson y subir de un saltó a la espalda de el hombre. Ambos casi se caen. —Te quiero, hombre de chocolate.— Dijo dándole un beso en la mejilla al moreno.

—No, gracias. Después me tratas mal, así que prefiero no ilusionarme.— Respondió Sam, sosteniendo a Jordan fuerte de las piernas. —Por cierto, he pensado que debería comprarle de una vez las cunas a mis ahijados.—

—Perfecto.— Bucky se acercó a ellos. —Tengo una petición, que sean de oro, por favor.—
Sam observó al hombre con bellos ojos azules. —¡Tu crees que soy millonario! Hace casi un mes estaba luchando por el barco de mi familia. Así que serán de madera, ¿ok?—

—Tacaño.— Insultó James.

Jordan rió a carcajadas. —Ya, ya, no empiecen con sus peleas otra vez.—

—No estamos peleando, estamos conversando sobre el poco amor que Sam le tiene a nuestros hijos.— Barnes miró al moreno indignado.

—Que no pueda comprarle una cuna de oro a cada uno de tus hijos, no significa que no los quiera. Deja el drama, Buck.— Pidió Wilson.

—¡Jordan! ¡El pajarraco acaba de insultarme!— Acusó el castaño.

—Ustedes dos son un caso.— Jordan negó con la cabeza y buscó con la mirada a su sobrino. —Y tú, ¿que buscas?—

J.C la miró. —Un hotel, ya que ustedes no ayudan.— Contestó sonriendo con suficiencia.

—Este salió peor que la madre.— Comentó Sam.

—Como no tienes idea.— Habló Jordan una sonrisa de orgullo.

Veinte minutos después, el equipo de cuatro, entraba a un hotel y caminaban hacia la recepción donde estaban dos jóvenes recepcionistas. Ambas miraron a Taylor con los ojos abiertos, imaginando que esta fue al hotel con la intensión de pasar una noche alocada.

—Si, buenas.— Saludó Rogers. —Una habitación para hacer una orgía.— Dijo con tono burlesco, para recibir luego un golpe en el brazo por parte de su tía.

—No le hagan caso al mocoso.— Jordan sonrió para tratar de aligerar la situación. —Por favor, dos habitaciones. Una matrimonial y otra con camas separadas.—

—Si, señorita.— Contestó una de las recepcionistas escribiendo algo en la computadora.

—Señorita dejó de ser hace años.— Volvió a hablar J.C, recibiendo un pisotón de Taylor. Bucky y Sam rieron en tono bajo. —¡Auch! ¿Por qué no puedo tener mi propia habitación?—

GOD IS A WOMAN  ||Bucky Barnes||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora