C.A.O.S
En una montaña de Austria, se encontraba la sede de la organización que fue llamada como el todopoderoso. Las instalaciones de la misma eran oscuras, solitarias y deterioradas por los años. Por mucho tiempo ese lugar fue centro de control de la ya destruida H.Y.D.R.A, solo unos pocos miembros sabían de la existencia de tal base. El Capitán Hank Pávlov era el fundador y jefe de aquella nueva organización. Nieto del Coronel que le disparó a Jordan Taylor en el corazón y luego la convirtió en la mujer más peligrosa de todo el mundo. La base servía como la prisión de más de cincuenta niños que era usados como experimentos y como agentes para llevar a cabo misiones del tipo homicida.
Naiara Woods despertaba por fin, después de diez días inconsciente gracias a sedantes y otros líquidos que le suministraban por medio de inyecciones. La pelinegra estaba realmente confundida y al no poder mover sus manos, gracias a una ataduras que se encontraban enganchadas a la camilla donde ella estaba acostada con ropa de hospital, se alarmó.
—¿Dónde estoy?— Susurró la española, agitando las correas y su cuerpo. —¡Hey!— Gritó ella al ver una sombra pasar por fuera de las puertas de la habitación, con muchas más ganas intentó soltarse. —Mierda, vamos— Volvió a susurrar, agitando más la correa de su mano derecha que estaba apunto zafarse. Cuando logró soltarla, quitó la atadura de su muñeca y pies. Luego se bajó de la camilla y tomó un tubo que encontró para defenderse.
Naiara salió de aquella habitación con todos sus sentidos completamente activos, caminó descalza hacia las escaleras que logró divisar al final del pasillo. Cuando llegó frente a los escalones, vió que estos llevaban a un piso oscuro, con luces parpadeando.
Woods tomó con más fuerza el tubo y con su vista periférica, observo de nuevo aquella sombra. Giró su cuerpo bruscamente para ver que era, pero nada estaba. —¡No te tengo miedo!— Gritó. —¡Tengo un alto entrenamiento! Aunque no me hayan aceptado en SHIELD puedo patearte el trasero de igual forma.—
En el lugar solo se escuchó al viento chocar contra las ventanas y gotas de agua cayendo al suelo. Naiara de repente escuchó un sollozo que provenía del fondo del pasillo al que conducían las escaleras. Con mucho valor, la de ojos cafés, bajó las escaleras encontrándose una puerta metálica en el fondo, caminó hasta ella y luego de colocar el tuvo que cargaba a un lado, con la fuerza dada por su habilidad de metamorfosis, movió la puerta para entrar.
—¿Hay alguien aquí con vida?— Preguntó ella entrando al lugar y luego rodando los ojos. —Ay, Naiara. Sonaste como el tipo de Titanic.— Se burló de ella misma.
—Ayuda.— Se escuchó la voz rasposa de una niña a la distancia. —Por favor.—
La mujer con la piel blanca como porcelana, fue rápidamente al lugar de donde provino la voz, encontrándose a una rubia de unos 11 años, encerrada en una celda sucia. Las características de aquella niña, coincidían con las de una de las denuncias que llegaron a su sitio de trabajo. Agradeció internamente poseer memoria fotográfica.
—Pequeña, ¿cómo llegaste aquí?— Naiara introdujo sus brazos en los espacios entre los barrotes para abrazar a la niña.
—Unos señores...— La chiquilla tosió cansada. —Unos señores me trajeron, hay más niños, nos hacen cosas horribles. Ayudanos.— Pidió desesperada, abrazando como podía a la mujer frente a ella.
Woods asintió. —Los ayudaré, no te preocupes.— Prometió ella, acariciando con cuidado el cabello enredado de la criatura.
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GOD IS A WOMAN ||Bucky Barnes||
Science FictionSegunda parte de •DARK QUEEN• Luego de que Tony Stark se sacrificara para salvar al universo y que Steve Rogers regresara por Natasha para tener una vida plena; Sam Wilson se convirtió en el relevo del Capitán América, Bucky Barnes se encargaba de c...