Capítulo. 66

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La navidad se acerca.

Eran los primeros días del mes de diciembre y Jordan ya había recién cumplido sus tres meses de embarazo,  así que debían pedir una cita para un chequeo y ver como iba todo. La última vez que fueron al ginecólogo, el Doctor Jack Styles les dijo que sus bebés ya median 17 milímetros y que probablemente en la otra consulta, ya se podrían escuchar sus corazones.

Así que imaginen toda la emoción que los ex-soldados sintieron al escuchar esas palabras y ni hablar de cuando lo comprobaron visualmente, la panza de Jordan estaba más grande y muy linda, al igual que ella, que brillaba demás. Ambos decidieron ir a vivir a Brooklyn, en la casa donde experimentaron mayor parte de su infancia y juventud.

—¡Bucky!— Llamó la ojiverde desde la cocina.

James que leía un libro sobre su sofá preferido, alzó la ceja al escucharla. —¡Dime, amor!— Le contestó en el mismo tono.

—¡No alcanzo las galletas! ¡Ayudame!— Chilló Jordan aún desde la cocina.

El ojiazul soltó una pequeña risa, antes de dejar su lectura de lado e ir hacia la cocina. Al entrar en esta, observó a Carson intentando tomar el tarro de galletas de la alacena. Inmediatamente, se quedó embobado, ella usaba una de sus camisas mangas largas, tenia el cabello suelto y estaba en medias, era una ternura.

—¿Me vas a ayudar o mirarme como un bobo?— Preguntó Taylor mirándolo seria.

—No me hables así que me pongo sensible.— Bucky caminó hacia ella y fácil tomó el tarro de galletas para luego entregárselo. —De nada.— Susurró él antes de besarle la mejilla.

Jordan arrugó la nariz y mordió una de las galletas. —Sargento Barnes, hay que hablar de un asunto muy importante.— Dijo seria ella, aunque con las mejillas llenas como las de una ardilla no se veía tan seria.

—A ver, Teniente. ¿Qué hice ahora?— Preguntó Barnes colocándose firme y erguido como en el ejército.

—Primero, no me dió un beso en los labios. Eso es pecado mortal y se castiga con un sape.— Jordan dijo y le pegó suavemente en la cabeza, haciéndolo quejarse. —Segundo, no me ha dicho que me ama.—

Bucky ríe. —Claro que si, que no me escuches es otra cosa.—

—Si no me acuerdo, no pasó.— Contestó Jordan caminando hacia la sala con sus galletas en los brazos.

James escaneó todo el cuerpo de la chica, pero sus ojos se posaron en el trasero de la misma, que había crecido también y se veía hermoso. —Ajá, cuando te conviene dices eso.— Decía, mientras la perseguía.

Taylor palmeó el espacio vacío del sofá para que él se sentara y así lo hizo. —Ese no es el asunto importante, pero si quieres darme besos, no me quejaré.—

Bucky soltó una risa espectacular. —¿Por qué no lo dijiste antes?— Preguntó él, tomándola de la cintura y sentándola sobre sus piernas. A la vez, que empezaba a darle besos por todo el rostros, específicamente en sus labios y susurraba muchos 'te amo'.

Jordan se separó de los besos y coloco sus manos en los hombros del hombre. —Tercera cosa, este suéter es mio desde ahora.— Comunicó ella.

—Ok, ya entendí. Tendré que andar desnudo en la casa porque toda mi ropa es tuya.— Respondió el ojiazul, acariciando los muslos femeninos.

—Uh, eso de que andes desnudo aquí en la casa suena muy bonito.— Taylor dijo con un tono pícaro, alzando las cejas varias veces y depositando un beso en los labios carmesí que la volvía loca.

GOD IS A WOMAN  ||Bucky Barnes||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora