Capítulo. 28

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24 horas.

James se encontraba leyendo un libro mientras sentía la mirada penetrante de su chica. Jordan veía a su prometido con intensidad, ambos iban de regreso a Estados Unidos en un jet privado que Ayo les consiguió. La castaña detallaba cada músculo que se le marcaba al hombre frente a ella, sus brazos, sus piernas, su mandíbula perfecta. Quizás fueron las hormonas por el embarazo las que elevaron más su libido y le llenaron la mente de pensamientos pecaminosos donde ese hombre frente a ella le hacia de todo.

—Deja de verme así, Jordan.— Bucky dijo mientras seguía con la mirada sobre las páginas.

—Lo siento.— Jordan se disculpó y cerró sus ojos un momento, dejando volar su mente. Imaginando que Bucky pasaba las manos por sus piernas y le daba besos mojados en el cuello.

Barnes apartó la mirada de su libro al escuchar un suspiró fuerte y miró el rostro de la mujer frente a él, esta tenía una sonrisa pícara en sus labios. —No me digas que estás fantaseando conmigo, Carson.—

Jordan asintió mordiendo su labio al sentir como su entrepierna se humedecía al escuchar su segundo nombre salir de los labios del Sargento. —Ujum.— Ronroneó. —Lo de las 24 horas siendo mi esclavo, ¿va en serio?— Preguntó ella, abriendo los ojos, mismo que estaban más oscuros.

—Si, van en serio.— Contestó Bucky sonriendo al ver las pupilas dilatadas de aquellos ojos verdes ahora casi negros.

—¿Y desde cuándo empiezan esas horas?— Volvió a preguntar ella acomodándose en el asiento.

—Empezaron cuando Zemo entró al jet.— Respondió James tomando nuevamente su libro buscando la página en la que se había quedado.

—¡¿Me estás diciendo que empezaron hace tres horas y yo he estado perdiendo el tiempo?!— Exclamó ella casi en grito.

Bucky asintió. —Si, muñeca. Ahora solo te quedan 21 horas.—

—Que bueno que soy creativa.— Jordan se levantó y corrió hacia el puesto del piloto, le dijo unas cosas y cerró la puerta de la cabina.

—¿Qué haces?— Preguntó el ojiazul curioso ahora si soltando su libro.

—¿Recuerdas que te dije que quería un jet para coger ahí? Bueno, ya tenemos el jet.— Jordan decía mientras buscaba un vaso y colocaba hielos en él.

Bucky niega frenético. —¡No lo haremos aquí!— Exclama en un susurro.

—Regla número uno, solo hablarás cuando yo te lo ordeñé.— Taylor movió su mano y con su habilidad para crear objetos de energía psíquica, elaboró unas ataduras en las muñecas del castaño y el reposabrazos del asiento, sonrió como el gato de Alicia en el país de las Maravillas luego.

James vió sus manos e intento soltarse, pero no pudo. —¡Jordan!—

—Cállate, James. Es por tu bien.— Mandó ella metiéndose un hielo en la boca para refrescarse, luego lo colocó de nuevo en el vaso haciéndolo tintinear.

Bucky obedeció de inmediato y al ver a Jordan acercándose con una mirada malévola, su corazón empezó a acelerarse mucho más. La mirada azulada del mayor paseaba por todo el cuerpo de la chica, tratando de descifrar que carajos iba a hacerle.

Jordan miraba su reloj. —Bien, aterrizaremos en unas cuatro horas. Así que tengo que trabajar ya.— La castaña informó arrodillándose frente a Bucky, poniéndolo más nervioso. —Deja de mirarme así, no haré nada que tú no quieras.— Dijo ella en tono tranquilo dándole un dulce beso en la mejilla y provocando que una onda violeta dejará al soldado completamente desnudo. —Hasta hace dos segundos odiaba mis poderes.— Confesó divertida.

GOD IS A WOMAN  ||Bucky Barnes||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora