Capítulo. 79

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Cumpleaños 108.

—Papi, no. Aquí no caben tantas velas.— Jaime les hizo saber a sus compañeros de crimen.

Ella, junto a Steven y Buck, le preparaban un pastel de fresas con crema a Jordan por su cumpleaños, mientras esta dormía con el pequeño Chris en la habitación principal.

James llevó su vista al pastel y bufo. —Bueno, pongámosle diez, así la hacemos sentir más joven.— Dijo alzando las cejas divertido, mientras exprimía naranjas para el jugo.

Steven rió. —Mami ya está anciana.—

Rose-Carson le pegó a su hermano en el brazo. —Respeta a mamá, mocoso feo. Sin ella tú no estarías aquí.—

—Yo no se lo pedí.— Contestó altanero el castaño de ojos verdes, sobando su brazo.

—Si te escucha, te desintegra. Amén.— Dijo Jaime.

—¿Podrían dejar de pelear y decirse cosas que aún ni siquiera saben que significan?— Preguntó Bucky muy serio. —Es el cumpleaños de mamá.—

Steven miró sus manos. —Perdón, papito.— Susurró él.

—Si, eso es. Pide perdón.— Rose volvió a hablar. Cada día se parecía más a su mamá en la forma en la que provocaba que su hermano fuera regañado.

—Jamiely Rose-Carson, basta. Y pídele también perdón a tu hermano por golpear su brazo.— Bucky ordenó. Odiaba regañarlos pero si no colocaba mano dura, los niños iban a golpearse e insultarse todo el tiempo.

La niña Barnes suspiró fuerte. —Perdón, Ed.— Usó el apodo que le tenia a su hermano para darle más importancia al asunto. —Te quiero.—

El segundo varón de la familia, la miró y le dió un abrazo. —Yo también te quiero, poquito pero te quiero.—

James sonrió y beso la frente de sus niños. —Bien, mis salvajes. Hay que terminar esto, mamá no tarda en despertar.— Habló en tono militar y junto a los niños, continuó trabajando.

Por otro lado, Jordan era despertada por dulces besos llenos de babita. Chris también sabia que mamá cumplía años ese día, así que decidió despertarla de esa manera, ya que aún, por estará chiquito no podía ayudar con el desayuno. Además, el rubio estaba contento por haber dormido rico.

Taylor abrió un ojo y sonrió, luego lo volvió a cerrar. —No, sigo dormida. Así que tendrás que darme más besos.— Susurró ella, para después fingir un ronquido.

Chris soltó una risita muy hermosa y continuó dándole besos a la mujer que lo trajo al mundo, luego se sentó sobre el abdomen de ella cansado.

Jordan sonrió al abrir sus ojos. —Sé que estás creciendo, Christian. Un niño de 3 meses, no se sienta.— Decía ella sentándose también.

El rubio se sonrojó porque mami descubrió su secreto y balbuceó un explicación.

—Tranquilo, sé que no crecerás como tus hermanos y eso me alivia mucho.— Jordan le dió un beso en la frente a su niño. —¿Dónde están los demás?—

Christian con su dedito, señaló la puerta. Era demasiado inteligente, al igual que sus hermanos pero él tenía algo diferente, quizás más habilidad para pensar rápido y esconder sus intenciones reales. Algo que a Jordan le preocupó, pero no demasiado, porque confiaba en que su hijo no era ni sería malo.

GOD IS A WOMAN  ||Bucky Barnes||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora