Capítulo. 11

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El conflicto de Jordan.

Jordan despertó por los rayos del sol que se colaban por una de las ventanas del apartamento, al moverse un poco hacia la derecha sonrió al encontrarse con un Bucky profundamente dormido, se veía tranquilo y hermoso. La ojiverde se recostó de nuevo con un fuerte dolor en la cabeza, pasó sus manos por su cabello y tiró de algunos mechones con fuerza, era espantoso lo que sentía pero la sensación desapareció igual que como vino, de golpe.

-Genial, ahora enferma.- Susurró la neoyorquina para ella misma, luego suspiró, se sentó y tomó el suéter tipo camisa de Bucky para colocárselo e ir a la cocina por un vaso de agua. -Si nuestros niños no nacen así de hermosos como tú, demandó a la cigüeña.- Dijo Jordan para besar con cuidado la frente de su amado. Al ir a la cocina se encontró con cierta pelirroja cocinando quién sabe qué.

Natasha sonrió y la miró de arriba a bajo. -Oh si, usas su camisa. Esto va en serio.-

-Tonta.- Insulta la castaña para luego bostezar y sentarse sobre un taburete. -¿Qué cocinas?- Preguntó con curiosidad.

-Lo único que aprendí de Steve, panqueques.- Romanoff caminó a la estufa y colocó la mezcla del desayuno sobre la sartén. -¿Qué tal la noche? ¿La pasaron bien?-

-Si, si, ya entendí tu preguntadera. Es tu venganza por las infinidades de veces que se me fue la lengua a mi. Entiendo.- Jordan se rió. -Quiero los mios solo con queso, se me antojó.-

-Mm...- Nat mordió sus labios con picardía y emitió un sonido. -Antojos.-

-Solo han pasado cuatro días, arañita. Eso no funciona así.- Se quejó Jordan.

-Pero hablamos de ti, eres dios y nunca te llegó la menstruación en tu vida. Así que no sabemos como será cuando estés embarazada.- La pelirroja la señalo con la espátula.

-No estoy embarazada, ¿ok? Aún no.- Sentenció la ojiverde. -¿Puedo hacerte una pregunta?-

-Ya la estás haciendo.- Dice burlona Natasha, recibiendo una mala mirada de su amiga. -Bien, bien. Hazla.-

-La Nat que conozco me hubiera devuelto el golpe en la nariz, ¿por qué tú no lo hiciste?- Preguntó seria pero en confianza.

Romanoff la miró fijo. -Soy madre, ¿ok? Aprendí a controlar esos impulsos, tú deberías hacerlo si vas a tener retoños también, no seria buen ejemplo para tus hijos andar golpeando a los que te hacen enojar.- Sonrió un poco y luego se echó a reír. -Imagínate que un día Barnes te haga enojar y lo golpees, después ellos le van a pegar con la excusa de que tú le pegaste.-

-Eso no va a pasar.- La voz ronca de Bucky se escuchó en la cocina.

Las chicas llevaron su vista a la entrada y comprobaron que el hombre estaba apoyado en el marco de la puerta, con sus pantalones nada más cubriéndolo.

-Hola, amor.- Saludó Jordan sonriendo.

-Hola, mi vida.- Respondió James caminando hacia ella y abrazándola, ella le correspondió.

-A ver, bésense. Quiero ver.- Pidió Nat. -O cojan, que también quiero ver.-

-¡Hey! No uses mis frases conmigo.- Se quejó Jordan viendo como la cara de Bucky terminaba sobre sus pechos. -¿Qué buscas?-

-Comodidad, tengo sueño aún y estás son buenas almohadas.- Contestó el ojiazul escondiendo su cara aún más en los senos de su futura esposa. -Te queda bien mi camisa.-

-A mi me queda bien todo.- Contestó la pelirroja. -Si dices eso, te golpeó, Carson.-

-Iba a decir gracias, estúpida.- Jordan respondió y tembló cuando las manos del soldado empezaron a acariciar sus piernas. -Deja, no abuses.-

GOD IS A WOMAN  ||Bucky Barnes||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora