Morgan.
Mis padres me avisaron que saliendo del colegio, tendríamos que ir a la oficina del tío Carlo, no me disgustaba pero tampoco era algo que quisiera. Las horas en el colegio pasaron muy rápido por lo que al sonar la chicharra salí casi corriendo del salón para llegar con mis padres antes de que todos se amontonaran en la entrada.
El camino hacia la oficina de mi tío fue algo largo y lo único que necesitaba era el sanitario para poder hacer pis, no pasaron ni diez minutos cuando entramos al estacionamiento de su empresa y caminamos hacia el elevador.
-Tengo que ir al baño, los veo en un rato.
Ni siquiera espere una respuesta de mis padres cuando camine de prisa en busca del wc, justo antes de llegar sentí una mirada sobre mis piernas no me sentí incómoda pero una descarga de energía me recorrió por completo el cuerpo y eso solo ocasiono que mis ganas de orinar se multiplicarán.
Al salir camine escaleras arriba para poder ver las oficinas y toparme con uno que otro empleado, no me disgustaba en su totalidad que mis padres regresarán a trabajar con mi tío Carlo, la idea me agradaba lo que me resultaba fatal era su agenda, mientras más trabajo tuvieran menos tiempo pasaría con ellos y eso implicaría cero vacaciones.Nunca he tenido problemas con ellos respecto a los permisos, siempre me dan un si por respuesta, pero hay veces en las que solo deseo pasar una tarde viendo una pelicula con ellos.
No se cuánto tiempo camine entre pasillos y escaleras, parecía que estaba perdida, intente seguir las indicaciones que había en las paredes hasta que mi celular sonó, era mi madre.
-Se puede saber dónde estás?!, Solo ibas al baño y a conocer parte de la empresa, no a sus trabajadores.
-Lo siento, creo que me perdí.
-Ya te quiero aquí Morgan.
-No tardo.
Camine de forma rápida entre la gente, tratando de recordar dónde fue que deje a mis padres por última vez hasta que vi a una chica fuera de la oficina de presidencia.
-Hola, disculpa sabes dónde está la sala de juntas, mis padres me están esperando con el tío Carlo.
-Hola muñeca, sube esas escaleras la tercera puerta a la izquierda.
-Gracias.
Subí corriendo y justo antes de entrar me detuve arreglar mi falda y mi cabello, toque la puerta y sin obtener respuesta entre.
Mis padres automáticamente voltearon a verme, mientras que el tío Carlo me dedico una sonrisa enorme, el chico que estaba sentado junto a él llamo mi atención.Su rostro parecía que fue tallado por los mismos Dioses y siendo sincera me intimidó demasiado.
Los minutos corrieron como agua y mis padres me presentaron ante Alessandro el Dios griego que me causaba tanta nerviosismo, sin embargo no lo di a notar. Mis padres y mi tío Carlo siguieron conversando por un buen rato mientras que yo me paseaba por la sala de juntas como si nada, siendo vigilada por unas ojos azules quien no tenía el más mínimo descaro en dejar de verme.Parecía que la suerte por fin estaba de mi lado cuando el tío Carlo mencionó las vacaciones de Pascua y se ofreció a llevarme, cosa que no dude en lo absoluto y él se encargo de convencer a mis padres.
Alessandro se ofreció en llevarme al centro comercial y aunque acepte me causaba algo de pánico estar sola con él.Al llegar al centro comercial camine delante de él durante varios minutos, intentado no hacer algo que incomodara la situación, justo antes de poder entrar a una tienda, el aroma a comida invadió mis cosas nasales y mi estómago comenzó a gruñir.
-Tengo un poco de hambre, tu no?.
-Algo, quieres comer?.
-Si vamos.
Tome de la mano Alessandro y mi acción pareció no disgustarle, ya que no apartó su mano en ningún momento.
Después de ordenar la comida y sentarnos cerca de una ventana, Alessandro comenzó a examinarme, parecía que quería leer mi mente.-Ocurre algo?, No has dejado de verme desde que nos sentamos.
-No recuerdo haberte conocido, aparte no se porque estás tan nerviosa, es como si fuéramos primos.
-Si nos conocimos, lo dijeron mis padres y lamento ser tan obvio pero no estoy acostumbrada a salir con muchos chicos.
Y es verdad, en mis 17 años no había tenido novio, ni siquiera una cita o un ligue para hacer este tipo de cosas.
-Lo entiendo, pero tenme confianza.
-De acuerdo, lo intentare.
Al decir esas palabras, Alessandro me sonrió, pareció agradarle la idea más de lo normal.
-Siendo sincero creo que comenzamos con el pie izquierdo, te parece si empezamos de nuevo?.
-Claro, Mucho gusto, soy Morgan Rizzoto.
-Encantado Morgan, Soy Alessandro.
La conversación con Alessandro se suavizó y obviamente yo lo hice con él, me comporte como normalmente lo haría con alguien cercano a mi, un amigo o tal vez un primo, seguimos conversando varias horas y parecía que nos conocíamos de toda la vida.
La noche se presentó y a pesar de nos ser demasiado tarde, se ofreció a llevar a casa, cosa que acepte.Al llegar Alessandro me dejó en la puerta e intercambiamos nuestros números, para seguir en contacto.
Al entrar a la casa y pasar por el balcón pude ver cómo desapareció en la noche y parecía extraño, pero su compañía me hizo sentir muchísimo mas segura y tranquila, me agradaba.
Entre a mi habitación para ponerme cómoda y justo en ese momento mi celular sonó.Número desconocido.
-Me agrado estar contigo, te parece si mañana me acompañas ahora por mis cosas, podemos pasar por un helado.-Estoy de acuerdo, salgo a las tres del colegio, estudio en el joya blanca por si te interesa, te veo mañana, descansa.
-Descansa muñeca.
El regresar a Florencia me pareció lo más tonto que podrían haber echo mis padres, pero ni siquiera ellos me advirtieron que podría tener una buena compañía.
Deje mi celular en la mesa de noche y me acurruque en la cama, mañana podría conocerlo un poco más.
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E N T U P I E L |B O R R A D O R|
Teen Fiction-Eres mía y me vale una mierda lo que quieras hacer, lo que es mío siempre está bajo mi control.- La tomé por el cuello para recostarla suavemente sobre el colchón. -¿Y acaso tú eres mío?. La forma en que Morgan me veía solo hacia que mi auto contro...