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Morgan.

A pesar de haber dormido muy poco y con el dolor tremendo en la cabeza, logré descansar. Mi cabeza claramente no dejaba de maquinar tantos escenarios en donde las cosas salían realmente bien y otros en donde se iba todo a la mierda.
Sentí cierto rechazo hacia Alessandro aunque después de escuchar un poco sobre Lety, me aferre a la idea de que él no tuvo la culpa de lo que llegó a pasar.

Me puse de pie y camine hacia el baño, hice mis necesidades y me duche lo más rápido que pude. Al salir Alessandro seguía profundamente dormido y lo único en lo que pensé fue en hacer el desayuno.
Estaba a punto de hacerlo cuando mi celular comenzó a vibrar en la bolsa de mi pantalón.

-¿Hola?

-Buenos días, ¿Cómo dormiste?

Era Enzo, de un número que claramente no tenía registrado.

-Bien, aunque estoy un poco adolorida.

-¿Y Alessandro?

-Él sigue dormido, ¿Pasa algo?.

-No, solo quería saber cómo estás. Ayer nos metiste un buen susto.

-Lo se, pero estoy bien.

-Y que bueno, Alessandro estaba como loco buscandote, se veía muy arrepentido.

-Me lo dijo, pero ya pasó, ahora solo falta esperar la sentencia o lo que sea que vayan hacer con esa mujer.

-Todo estará bien, avisaré en la escuela que tuviste un problema, haber que me invento.

-Gracias, te debo una, cuídate.

-Tu igual nena, adiós.

Colgué la llamada y me concentre en preparar el desayuno, no paso mucho cuando sentí la mirada de Alessandro sobre mi.

-Buenos días nena, ¿Que haces despierta?.

-No pude dormir más y me levanté hacer el desayuno, siéntate.

-Nena.

-¿Mandé?.

Seguí preparando el desayuno, intente concentrarme para no voltear a ver al hombre de ojos azules que estaba detrás de mí, que su única intención es hablar sobre lo que sucedió ayer.

-Morgan, ven.

-Ahora no.

Claramente Alessandro no puede recibir un "NO" por respuesta, se acercó a mi, apagó la lumbre de la estufa y me llevo casi arrastras al sofá.

-¿Estás bien?.

-Sabes la respuesta.

-Quiero saber que te dijo Lety.

-No me dijo nada más que no hayas escuchado, esa mujer realmente está mal de la cabeza.

-Jamas pensé que podría llegar hacer algo como lo de ayer, lamento siempre meterte en problemas.

-Ahora solo quiero estar tranquila y poder olvidar ese rato tan amargo.

-¿Pensaste que el niño era mío?.

-Siendo sincera si, tienes tu historia con ella y eso lo comprendo pero no pude evitar sentirme mal y pensar que yo no sería la madre de tus hijos.

-¿Qué?.

-¿No quieres tener hijos?

-Claro que quiero, pero no ahora.

-Nadie está hablando de ahora Alessandro. Yo tengo 17 años y tú estás apunto de cumplir 25, claramente un bebé a esta edad sería pésimo.

E N T U P I E L  |B O R R A D O R|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora