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Morgan.

Cuando Alessandro menciono que iriamos al doctor, mis nervios se pusieron de punta y después de tantas cosas en mi vida recordé mi periodo, tenía siete días de retraso y ningún síntoma. Cosa que fue bastante rara y me alertó aún más, no podría estar embarazada, no a esta edad.

Termine de arreglarme en tiempo récord y baje a la sala de la casa, Enzo trataba de tranquilizarme, pero todos sus intentos fueron fallidos.

-Anda, sigue así y la vida te recompensará con un bebé.

-Quieres callarte.

-Entonces cálmate, ni siquiera sabes si realmente estás embarazada y ve como estás.

-¿Y si lo estoy?.

-Tienes la ventaja de poder abortar, ahora tranquila, hasta que no sepas bien los resultados o el diagnóstico del médico no te aceleres.

-De acuerdo, estaré tranquila.

Lo intente al menos unos minutos cosa que no sirvió de nada y comencé a ir y venir por toda la sala, simplemente no podía estar sentada como si nada.
Alessandro bajo después de un rato y nos pusimos en marcha hacia el centro de la cuidad.
Claro que iba con mi ginecóloga, mi madre me llevo con ella desde mi primer periodo, pero no podía llegar y decirle, "estoy teniendo relaciones con un hombre siete años mayor que yo y no se si estoy embarazada".
Lo primero que haría sería ir corriendo a decirle a mi madre y lo que menos quiero es tener problemas con ella y que me alejen de Alessandro.

Llegamos a la clínica en muy poco tiempo y la doctora nos recibió de inmediato, el suspenso y como hablaba y como nos veía me tenía mal, muy mal.
Afortunadamente el ultrasonido le mostró mi útero limpio pero la doctora quiso descargar cualquier otra cosa con los análisis de sangre. Parecia que nunca iba acabar, comenzó hacerse una eternidad hasta que confirmo que no estaba embarazada, justo en ese momento la vida regreso a mi cuerpo y pude respirar con tranquilidad.

La doctora sugirió qué comenzará a cuidarme con la inyeccion, su efectividad es del casi 99% si el uso es el correcto, así que desde ese momento marque mis próximas consultas para recibir las siguientes dosis.

Al salir de la clínica caminamos alrededor de diez minutos hasta que vi una tienda de helados y nos detuvimos a consumir un poco.
Alessandro si quería tener hijos, incluso me atrevo a pensar que me ve como la madre de ellos, pero algo hizo que su rostro cambiará, sus facciones se endurecieron y sus ojos parecían estar tristes. Quise preguntar si sucedía algo pero recordé lo de su madre y pude entender un poco la situación.

Seguimos en silencio hasta acabar con nuestro helado y regresar al auto, faltaban dos días para regresar a casa y estar despegada de él, cada quien con su vida.

-¿Que haremos ahora que regresemos a nuestro ritmo normal?.

-Vernos cada que podamos, te daré las llaves de mi departamento, podrás ir las veces que quieras.

-Está bien, estaré ahí día y noche.

-Espero encontrarte siempre que llegue del trabajo, por lo regular me desocupo alrededor de las cinco.

-Y yo salgo del colegio a las tres, por si te da curiosidad.

Los dos nos reímos un poco y seguimos en total silencio el resto del camino hasta que Alessandro se desvío un poco antes de llegar y apagó el auto cerca del muelle.

-¿Que pasa?.

-Tengo unas ganas tremendas de follarte, como que esa blusita está dejando mucho a la imaginación.

-¿Quieres ver qué hay debajo de ella?.

-Por favor.

Me quite el cinturón de seguridad y me acomode sobre sus piernas, llevaba una falda pequeña tableada color negro, juntos con mis blusa strapless, no llevaba sostén porque lo que la blusa quedaba un poco más abajo de lo normal.

-Me encantas Morgan.

-Y tu a mi.

Nos besamos por un largo rato hasta que Alessandro desabrochó su pantalón e hizo a un lado mi tanga para enterrarse en mi. Comencé a brincar un poco sobre él y coordinamos nuestros movimientos, subía y bajaba con intensidad y me gustaba demasiado estar así.
Bajo mi blusa por completo y pude ver su mirada hambrienta sobre mis pechos, sus ojos iban de arriba abajo, al compás de mis movimientos.

-Eres toda una Diosa, te ves perfecta sobre mi.

-A mí me encanta montarte, lo tomare como hobby.

-Hazlo siempre.

Pellizco mis pezones y seguimos así por un rato hasta que llegamos a nuestro orgasmo, regulamos un poco nuestra respiración y regrese a mi lugar, arreglamos nuestra ropa y de nuevo nos incorporamos de regreso a la casa.
Ahora que lo pienso será muy difícil estar sin él y obviamente sin la belleza que trae entre las piernas.

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Más tarde público el último capítulo del maratón, no olviden votar y comentar.
Besos.❤️

Ig: raaquellr7

E N T U P I E L  |B O R R A D O R|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora