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Morgan

Ya había pasado un mes desde la ruptura con Alessandro y los días corrían sin detenerse. Mis padres hablaron seriamente conmigo y aunque en serio estaban molestos, al final de la conversación me abrazaron y me dieron todo su apoyo.

-No puedo decirte que no te apoyo, eres mi hija y siempre veré por tu felicidad. Pero ahora no es el momento correcto para que estén juntos. Si son el uno para el otro, se volverán a encontrar, si no lo hacen, nunca lo fueron.

Me castigaron "severamente" sin salir de casa y aunque fue algo absurdo porque las gemelas y Enzo seguían conmigo, extrañaba salir aunque sea a la plaza por un helado.
Sus reglas fueron claras "No saldrás en quince días de esta casa sin nuestra supervisión, nada de fiestas, ni de compras. Si son asuntos de la escuela nosotros te llevamos".

Y bueno, no me podía quejar, me lo merecía.

Había evadido el tema de conversación de la escuela, sobre la carrera que quiero estudiar. Tenía medio que esos quince días de castigo se convirtieran en uno o dos meses.

-Ya habla con tus papás, falta muy poco para que den los resultados y ellos aún no saben.

-Ya lo se, pero siento que no es el momento correcto. Ellos aun están algo molestos conmigo y no quiero estar más tiempo castigada.

-Morgan, son tus padres. Claro que te podrán entender.

-No lo sé, no estoy segura.

-Tienes que darte prisa, no dejes las cosas para después.

Y aunque no estaba segura de hacerlo, lo haría en cualquier momento. Regresando a mi rutina en esta "nueva" etapa de mi vida, me despertaba a las ocho de la mañana, me cambiaba de ropa y salía a correr al menos por una hora.
Llegaba a casa, me duchaba, me vestía y como buena adolescente, me recostaba un buen rato en mi cama hasta medio día, para seguir estudiando y mantener mi vida ocupada.
El tío Carlo había venido a la casa, una semana después de que Alessandro se fue. No se veía muy bien y por lo que pude escuchar, extrañaba a su hijo y sobre todo saber si se encontraba bien.

Mencionó que se había ido a otro país, darse su tiempo para poder sanar. Su terapeuta Daniela, como él menciono estaba a cargo de su tratamiento y aunque la curiosidad mato al gato, por más que busque en internet no apareció nada, ni una pequeña pista.

-Lamento lo que hizo Alessandro con Morgan.

-No hay nada que lamentar, Alessandro no es un mal hombre. Estoy segura que de haber sido alguien más, nos hubiéramos opuesto en lo absoluto.

-Realmente la ama, jamás creí que mi muchacho podría amar.

-Verás que al regresar, será un mejor hombre.

-Espero que regrese.

Esas últimas palabras me taladraron el cerebro, tenía que regresar, porque si no yo misma iría a buscarlo para darle su merecido y decirle en la cara que me perdió. Porque aunque me haya dolido en el alma, lo amo y lo podría esperar cien años.

Faltaban dos días  para la entrega de resultados y los nervios ya me estaban comiendo viva, mis padres aun no sabían nada. Y aunque quisiera que el tiempo fuera más para poder pensar las cosas, tenía que hacerlo ahora.

-Hola, ¿están ocupados?, tengo que hablar con ustedes.

-¿Que pasa cariño?, ¿estas bien?

-Lo estoy, solo quiero decirles algo.

-Dinos.

-Pasado mañana entregan los resultados para las carreras y no voy a estudiar derecho.

-Lo sabemos, ¿que vas a estudiar?

-¿Que?, ¿como saben?

-Alessandro nos lo dijo antes de irse y aunque estuvimos enojados, entendemos tu decisión.

-Maldito, lo odio.

Comencé a llorar, mi mamá solo se acercó corriendo a mi y me abrazo. Mi padre hizo lo mismo y me quede un rato con ellos, sus abrazos y sus besos me consolaron un poco. Después de eso, camine sin nada de ganas a mi habitación y me encerré hasta que mi madre entro.

-¿Estás mejor?

-Lo estoy ma.

-Quiero hablar contigo de varias cosas, ¿puedo?

-Si, ¿qué pasa?

-Estoy consiente que tuviste relaciones con Alessandro, no me digas nada más, pero ¿te cuidaste durante todo este tiempo?

-Si lo hice, Alessandro me llevo al ginecólogo, utilizo la inyección.

-¿cuando fue tu ultima dosis?

-Hace tres o cuatro meses.

-Morgan, la inyección es cada mes.

-¡¿Qué?!, ¿como que cada mes?

-La inyección es cada mes Morgan, así evitas embarazos que no quieres!

Mi mamá palideció un poco mientras que yo, tenía un nudo en la garganta, ¿y si estoy embarazada?
Claramente no podría tener un bebé a esta edad, con un padre ausente que se encuentra quien sabe en donde, con quien sabe quien.

-¿Y si estoy embarazada?

-Son tus decisiones, pero tienes que pensarlo. Mañana iremos al doctor para que te haga varios estudios.

-Esta bien, entiendo. ¿Estas molesta conmigo?

-Voy a ser sincera contigo, estoy molesta contigo, pero no al extremo. Eres joven, hay cosas que no están contempladas y a eso me refiero Alessandro. Pero igual te entiendo, tú padre y yo nos enamoramos muy jóvenes pasamos por tantas cosas solos, que inconscientemente nos hicieron daño. Afortunadamente fuimos lo suficientemente maduros para poder enfrentar cualquier adversidad y seguir juntos como ahora.
No quiero que arruines tu vida con algo que no quieres, quiero que seas feliz por ti y nadie más, si Alessandro forma parte de tu vida, te vamos apoyar y si no, también lo haremos. Pero ahora que no sabemos si estas o no embarazada, tienes que pensar muy bien las cosas, porque hay tanto que recorrer, tanto que disfrutar. Que teniendo a un bebé, las responsabilidades y obligaciones, son diferentes, te amo hija y solo quiero tu bienestar y felicidad, ¿vale?

Me acerqué a ella y la abracé, de nuevo comencé a llorar, de solo pensar en tener un bebé dentro de mi, que es parte mía y de Alessandro. Me pone mal, muy mal.
Porque él se iría y me dejaría con un bebé en brazos y el corazón hecho trizas.

Mi madre no me dejo sola y me acurruque con ella sobre mi cama, seguimos platicando de muchísimas cosas más, hasta que me quede profundamente dormida, con angustia y felicidad.

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Hola chiquillas, espero les guste y perdón por la demora.
No olviden votar y comentar.

Las amo.❤️
Ig: raaquellr7

E N T U P I E L  |B O R R A D O R|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora