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Alessandro.

El rostro de Morgan no dejo de rondar en mi cabeza durante la noche, el color de sus ojos, sus facciones incluso su voz seguían reproduciéndose como una película.
Mi cama estaba echa un desastre, no dejaba de dar vueltas, no dejaba de pensarla, hasta que por un momento pude dejar mi mente en blanco pero se estropeó, el movimiento de sus labios, el tintineo de sus caderas al caminar, sus piernas y su cuerpo entero, me hicieron estremecer.

Imaginé sus labios sobre los míos, imaginé mis manos recorriendo su cuerpo, besando su estómago y parte de sus canales, exquisito. No deje de pensar en ella ni un solo momento y comencé a jalar mi falo, los movimientos de mi mano aumentaron cuando escuché un gemido, la escuche.
De pronto senti caliente mi mano, termine, me hice una paja después de mucho tiempo, pesando en una niña.
Me acomode boca abajo sobre la cama y cerré mis ojos, su sonrisa fue la última imagen que ví.

*

Mi reloj biológico me despertó puntual a las ocho en punto, con demasiada pereza me arrastre hacia el baño y me di una ducha rápida. El día de hoy sería algo productivo, el juicio para dar sentencia a un hombre sería hoy y mi padre quería ganarlo con toda su vida y parecía que las cosas iban por buen camino, por otra parte, yo tendría que hacerme cargo de hablar con dos familias para llegar a un acuerdo sobre una herencia, después de eso iria a buscar a Morgan a su colegio para poder pasar la tarde con ella.

Al llegar a la oficina mi tiempo lo absorbieron como agua y justo antes de las tres, pude terminar con mis pendientes y salir en busca de Morgan. Su instituto quedaba muy cerca de la oficina, no demore ni diez minutos en llegar.
Revise la hora en mi reloj 2:58 PM, faltaban dos minutos para que la manada de niños saliera por la puerta, a lo lejos escuché la chicharra y la vi salir por la puerta, me baje del auto y la espere parado a un lado.
Se veía hermosa, parecía que las faldas eran su ropa favorita y eso me gustaba, se estaba convirtiendo en mi delirio. Su sonrisa se hizo enorme cuando me vio, se despidió de sus amigos y atravesó la calle.

-Hola, no pensé que fueras a venir.

-Pues aquí estoy, vamos, será un día largo.

-Vamos.

Morgan subió al auto y se colocó el cinturón de seguridad, su actitud hacia a mi cambio demasiado y eso me agradaba, sentía más confianza. El transcurso al centro comercial fue corto y silencio nada incómodo.

-Caminaremos un buen rato, puedes dejar tu mochila.

-De acuerdo, ¿Que vas a comprar?.

-Algunas cosas para el viaje que haremos. ¿Tú ya tienes todo listo?.

-Aun me faltan varias cosas, no tengo problema en conseguirlas después.

-¿Que cosas te hacen falta?, Podemos conseguir juntos nuestras cosas, no tengo problema.

-Esta bien, me hace falta un traje de baño y unas sandalias. Las que tengo ya están un poco gastadas.

-Bien, vayamos por todo.

Morgan caminaba contenta por la plaza, su sonrisa no desapareció de su rostro. Entramos a una tienda de hombres y compré todo lo necesario, traje, toallas, sandalias y protector solar. Parecía que todo estaba normal hasta que Morgan se escondió detrás de mi.

-¿Sucede algo?.

-No-no, nada, solo que aquí estoy bien.

Intente ver a dónde se dirigía su mirada y no encontraba un punto exacto hasta que mis ojos se fijaron en un chico alto de cabello rubio.

-¿Sucede algo con ese tipo?.

-Aggg, es muy pesado. Lo he rechazado varias veces y parece no entender, si me ve estoy segurisima que se acercara y son situaciones muy vergonzosas.

E N T U P I E L  |B O R R A D O R|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora