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Alessandro

Un día antes de la ruptura.

Mis pensamientos me traicionaban cada vez más, intentaba estar tranquilo, dormir pensando en cosas buenas, dormir junto con Morgan para poder descansar y nada bueno sucedía.
La infidelidad de mi madre cada vez era más constante en mis sueños, no dejaba de pensarla, no dejaba de pensar en que tal vez Morgan haga lo mismo que hizo ella.
Morgan y yo habíamos acordado tener nuestro propio espacio, además de que ella estaba vuelta loca con la graduación, yo necesitaba calmar mis miedos.

Morgan sabía que yo tenía trabajo, juntas y audiencias por lo que se limito en mandarme mensaje durante todo el día y solo me escribía cuando llegaba a casa después de la escuela. Odiaba mentirle pero no podía hundirla conmigo, claramente no estaba en ningún otro lado más que en mi departamento, encerrado.
Y por más que trataba de estar "bien", todo se iba a la mierda y a la única persona que podía recurrir, era a Lía.

-¿Hola?

-¿Estas en Italia?

-Te escuchas demasiado mal Alessandro, ¿Ya te dejo Morgan?

-No estoy para tus estupideces Lía, te necesito!

-Ya entendí, voy para tu departamento.

Colgó la llamada y bien sabía que donde quiera que esté en este momento no tardaría más de veinte minutos en llegar.
Mientras tanto intente ordenar la sala y preparar un poco de té, aunque todo salió fatal, mi pulso no me dejaba llenar la tetera.

-¡Maldita sea, estoy harto de esto!

Avente a un lado todo y tome una botella de bourbon, ya no quería estar sobrio.
Después de diez minutos Lía apareció en el departamento y lo primero que hizo fue abrazarme, lo necesitaba.

-¿Qué sucede?

-Estoy recayendo.

-¿Paso algo que deba saber?

-Nada en lo absoluto, solo estoy soñando con la mujer que dice ser mi madre y su estúpida traición. Tengo miedo que Morgan haga lo mismo.

-Por muy mal que me caiga, ella jamás lo haría, te ama y esta muy enamorada de ti.

-Lo mismo dijo mi madre y engaño a mi papá.

-La situación fue muy diferente, no puedes comparar las cosas.

-Necesito volver a tener mi vida de antes, donde no me afectaba nada.

-Ven.

Lía me tomo de la mano y me guío hasta el sofá, nos acomodamos y después de un silencio demasiado largo, el teléfono de mi casa nos quito la "paz".

-Debe ser papá, tiene mucho que no hablo con él.

-Anda, contesta.

Estire mi brazo y tome el teléfono, puse el altavoz y conteste.

-Hola papá, ¿que pasa?

-Hola cariño.

Esa voz, esa maldita voz me quebró pero también me encendió, era mi madre.

-¿Que quieres?

-Quería hablar contigo, tenía mucho que no lo hacía, ¿como estas?, quiero verte.

-Yo no te quiero ver a ti, no te quiero en mi vida. Lo jodiste todo, entiende de una vez por todas que no te quiero cerca de mi, ni de mi padre.

-Alessandro escúchame por favor.

-Púdrete.

Aventé el teléfono hacía la pared y este se hizo añicos, después de darle un sorbo enorme a la botella también la avente y todo quedó hecho un caos, más de lo que ya estaba.

-Ven, ven. Tranquilo, vamos a respirar como lo hacíamos antes, ¿si?.

Lía me tomo de las manos y de nuevo me guío al sofá, se acomodo delante de mi y trate de respirar como ella.

-Inhala, exhala, 1...2...3... Inhala, exhala, ¿mejor?

-Un poco, la odio Lía, la odio con mi vida. Y lo peor es que ella cree que puedo perdonarla cuando ni siquiera lo hago conmigo mismo.

-Lo entiendo y te comprendo y sé que me vas a mandar a la mierda. Pero no puedes odiar a nadie por el resto de tu vida y no te estoy diciendo que la dejes entrar en tu vida, si no que sanes lo que te hace daño, porque solo hay una persona a la que vas a lastimar y ese no eres tú.

Y claro que la quería mandar a la mierda, pero tenía razón, de todas las personas solamente una sufriría y tal vez al igual que yo.

-Quiero estar solo, agradezco que hayas venido.

-Estaré pendiente del celular, llámame en cuanto te sientas mejor.

-Lo haré, adiós.

Con la mirada fija hacia el ventanal escuche la puerta cerrarse y camine hacia mi habitación, necesitaba dormir lo suficiente para hacer que mi cerebro funcione de mejor manera y pueda recobrar mis ganas de salir de este estúpido  vaso de agua que parece pozo.

*

Desperté por el rugido de mis tripas y el sonido de mi celular, me recosté sobre la cama y revise la hora, 11:34 am. Había dormido mas de veinte horas y parecía haber regresado a la normalidad, me sentía tranquilo y eso estaba bien.

Camine hacia la ducha y me tome mi tiempo para relajarme mucho más, saliendo me vestí con un pantalón de mezclilla, zapatillas vans y un polo negro con mi chaqueta negra.
Tome mi celular, las llaves del auto y baje hacia el estacionamiento, dentro del auto revise mis mensajes y varios de ellos eran de Morgan.

"Hola guapo, ¿como amaneciste?
Te extraño demasiado, espero verte pronto. Hoy iré con Enzo a seguir buscando mi vestido, en cuanto lo encuentre te mando una foto, cuídate mucho y éxito, te amo".

Algo dentro de mi se volvió a poner de cabeza y toda mi sangre hirvió por completo.

-Enzo esto, Enzo el otro. Maldito cabrón, estoy hasta las bolas de él.

Le mande mensaje a Lía para vernos y le deje en claro que en menos de 10 minutos estaría a fuera de su departamento, no le iba a dar más tiempo para arreglarse cuando siempre se ve igual.

Llegando a la entrada de su departamento, salió enseguida y se monto en el auto, no hablo, no dijo nada y se lo agradecía mi humor estaba por los suelos, así que sería capaz de bajarla en plena avenida.
Llegando al centro comercial donde comúnmente venía con la niña, entramos al restaurante de carnes y pedimos la comida.
Todo estaba bien, comenzaba a relajarme y a disculparme por referirme a Morgan como una niña cuando es más madura que yo.
De pronto miles de flashback pasaron por mi cabeza como si se tratara de una película y recordé a mi madre, las veces que discutí con Morgan y en automático tome a Lía del cuello y la besé, la besé con desesperación, con enojo.
No la solté hasta que volteo mi rostro de una bofetada.

-¡¿Qué mierda te pasa Alessandro?

-L-lo lamento. Puta madre, ¿que hice?

-Estoy harta de esto, busca ayuda, busca apoyo, estoy cansada de ser yo tu único apoyo y que junto contigo me arrastres a la mierda y no solo a mi, también a Morgan.

Recordé a mi pequeña y le pedí al cielo que no estuviera cerca, que no estuviera en este centro comercial, porque ya no tendría el valor de mentirle y menos viendo a mi acompañante.

-Lo siento Lía, en serio lo lamento. Por favor quédate conmigo hasta que terminemos de comer y después nos marchamos.

-Estas mal Gali.

Lo aceptó, nunca salí de la mierda.

**********
Hola chiquillas, por fin les traigo el capítulo tan esperado. ¿Ustedes que piensan?, ¿que sucederá después de esto?
No olviden votar y comentar.

Las amo.❤️

Ig: raaquellr7

E N T U P I E L  |B O R R A D O R|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora