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Morgan
El baile de graduación sería a las ocho de la noche en el club más reconocido de Italia. Cada uno de los estudiantes se enfoco en buscar maneras y alternativas de encontrar al dueño y suplicarle que nos dejase realizar nuestra fiesta ahí, claramente después de mover cielo, mar y tierra, funciono.
El dueño claramente nos cobró algo, pero de su parte nos regalo la decoración, que siendo sincera me emocionaba demasiado.
Desde muy temprano todos salimos de casa por dos diferentes razones, la primera teníamos la ceremonia, donde nos entregarían un diploma acreditando nuestro desempeño y dos, quedamos con varios amigos en ir a desayunar y tratar de enfiestarnos un poco para la fiesta.

Y aunque varios ya estaban un poco pasados de copas decidimos quedarnos mas tiempo para no perderle el hilo a la sensación.

-Estoy segura que al menos hoy la mayoría de todos nosotros va a terminar enredado con alguien más.

-Lo dudo, la mayoría tiene pareja.

-Yo opino que cada quien puede hacer lo que quiera, el punto es disfrutar la fiesta y si se puede, desconocernos.

-Tú no hables tanto Enzo porque vas a manejar.

-También hay Uber Morgan.

Tenía razón, también había Uber y aunque no quisiera, deseaba volver a desconocerme con él, como antes de mi relación.
El tiempo corrió tanto, que solo nos quedaban dos horas para arreglarnos. Con los chicos no había tanto problema, pero nosotras, tendríamos que llegar a bañarnos y hacer miles de rutinas para que el maquillaje dure lo suficiente.

-Chicas tienen la ventaja de tener baño individual, relájense y corran. Yo me encargo de todo lo demás.

-¿Y tú a que hora te arreglas?

-Yo estoy listo en veinte minutos, ustedes no. ¡Ya apúrense!

-¡YA VAMOOOOS!

Las chicas y yo subimos corriendo las escaleras, cada una entro a su habitación y de ahí a concentrarnos en arreglarnos.
Me duche, me seque el cabello y me maquille lo más rápido posible, mi vestido era mas que hermoso y no tenía duda en que tal vez podría ser el foco rojo de los chicos.
Me enfoque en hacer todo a la vez y poder dejar ordenado mi cuarto. Faltando media hora para irnos, me coloque el vestido y me tome al menos cinco minutos para presenciar todo lo que había ocurrido los últimos seis meses.

-Awww, pero que guapa te ves. Ay Morgan todo lo que tuviste que pasar, aceptar y soportar, esta bien todo lo que superaste esta bien. Creciste, aprendiste y confiaste, ¿Y Alessandro?

Ay maldita conciencia, ahí iba de nuevo a ponerme sentimental y aunque hablara conmigo misma, una parte de mi se mantenía firme y la otra me hacía recordar y sentir que todo pasa por algo.

-Alessandro ya no está y no quiero que lo vuelva a estar. No somos el uno para él otro, es mayor que yo. En varias ocasiones lo llegue a pensar pero siempre lo evadí y al final tuve razón, no iba a tomar en serio a una niña.

-Si la tomo en serio, pero la vida de adultos siempre es muy complicada.

-¿Papá?

Brinque del susto y cuando mi cerebro reacciono corrí hacia él y lo abracé, aunque recapacitando me escucho hablar sobre Alessandro.

-¿Tu escuchaste eso?

-Claro que lo hice, puedo decirte que estoy molesto pero también te comprendo. Alessandro habló conmigo antes de irse de Italia.

-¿S-se fue?

Y una vez más la vida se me cayó a pedazos, vas bien Morgan.

-Me enfurecí con él cuando me contó sobre su relación, que por cierto después hablaremos de un severo castigo. Pero hablo de ti con tanto amor y dolor que lo escuche, te ama Morgan y lo hace con todo su corazón, pero tal vez y no es el momento correcto para que estén juntos.
Él tiene muchas cosas que sanar y lo primordial es su confianza, sanar su visión de las personas y poder confiar. Y en segunda, tu tienes muchas cosas por vivir, por experimentar y por llorar. Eres un bebé.

-No soy un bebé papá.

-Así tengas 35 años, para mi siempre serás mi bebé y cariño, no es el momento en que estén juntos.

-Lo amo.

-Y lo sé mi amor, pero ambos tienen que vivir y sanar.

Las palabras de mi padre me llegaron al corazón, el maldito loco del que estoy enamorada le contó sobre nosotros y aunque se lo agradezco también se lo reprocho. Era algo que íbamos hacer juntos, pero papá tiene razón, no es el tiempo y quizá, tampoco seamos el uno para el otro. Lo abracé con fuerza y llore un poco sobre su pecho, siempre sería su bebé y siempre cuidaría de mi.

-Ya deja de llorar, se hace tarde para tu gran noche y no quiero que me eches en cara que se arruinó tu maquillaje por mi culpa.

-Y si se arruinó papá, pero lo agradezco, te amo.

-Y yo a ti bebita, date prisa, todos te están esperando.

Mi padre salió de mi habitación y se fue escaleras abajo, retoque mi maquille y seguí sus pasos. Todos estábamos listos y guapos, mamá me veía con cara de odio y alegría, también sabía.

-No me digas nada, después hablaremos sobre el castigo.

-Y lo tienes bien merecido, pero ahora solo quiero que disfrutes tu noche y la pases bien, te amo y estoy orgullosa de ti.

-Te amo ma.

Salimos corriendo de la casa para montarnos en el auto, Enzo manejo lo más rápido posible para llegar al club y llegando ahí, nuestra piel se erizo.

-¡POR FIN!

Enzo y yo nos abrazamos y caminamos junto con las gemelas a la entrada del club, los demás chicos ya estaban dentro, bebiendo y bailando. Fue ahí cuando extrañe Alessandro y mi corazón se hizo chiquito, quien sabe si en algún momento lo vuelva a ver.

-Vamos, ya deja de llorar.

-Cállate tonto, papá me dijo que se fue de Italia.

-Tiene sus razones y puedo entenderlo, pero te dejo para que no te ataras a una persona como él con tantas cosas sin arreglar, tu responsabilidad no era arreglarlo.

-Pero podíamos haberlo hecho juntos.

-Pero él no lo quiso así Morgan, tal vez más adelante se vuelvan a encontrar, tal vez. Pero vivieron cosas hermosas, quédate con eso.

Y si, de nuevo Enzo tenía razón. Justo en ese momento comenzó a reproducirse nuestra canción favorita, por lo que ambos corrimos a la pista y comenzamos a bailar.
Lo recordé tanto que mi piel se erizo y cerré mis ojos, abrace su voz, sus ojos y su risa. Sus manos, sus labios y su piel. Su manera de caminar y de fruncir su ceño, lo abrace a él y a su recuerdo y aunque me duela en el alma, es momento de dejar ir al gran amor de mi adolescencia, adiós Alessandro Gali.

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Les juro que al igual que ustedes, estoy llorando. No me odien, pero aun faltan muchas cosas más por saber y escribir, por lo tanto disfruten el capítulo, no olviden votar y comentar.

Las amo.❤️

Ig: raaquellr7

E N T U P I E L  |B O R R A D O R|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora