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Morgan

Indignada por la respuesta de Alessandro hacia mi foto, decidí ir a dormirme húmeda y con muchas ganas de estar con él, pero al parecer sus planes eran otros, por la manera en la que me mando a dormir y la forma de hacerme saber que recibiría un castigo por la manera en la que lo provocaba y eso me agrado bastante, ya que sería mi forma de asegurar que mis piernas no respondieran durante el fin de semana.

Aunque en parte le agradezco la manera en la que me mando a dormir porque de lo contrario, ambos hubiéramos
amanecido calientes y con ojeras. Al siguiente día me levante más temprano de lo normal, sería una locura enorme lo que estaba a punto de hacer, pero en realidad lo necesitaba.

Me duche en menos de cinco minutos y al salir me vestí con un vestido pegado color negro, mis botas y una chamarra de cuero, no sin antes llevar el conjunto más bonito y fácil de quitar. Aunque en mi mochila llevaba más ropa en caso de ser necesaria.
Le deje una nota a mis padres, diciendo que me disculparán por no haber avisado pero que tenía que ir a la biblioteca a buscar un libro para poder enviar mi trabajo con la información completa, que estaría en casa durante el primer receso.

Y es eso, justo lo que odiaba de las clases en linea, estar en casa todo el día sin poder despegarme de la computadora al menos que fueran recesos o para ir al baño.

Después de salir de casa, tome un taxi hacia el departamento de Alessandro y aunque por un momento pensé en entrar y despertarlo de una manera magica, preferí esperar a que él mismo me abriera la puerta y poder saltar a sus brazos.
Toque el timbre cuatro veces seguidas, en señal de urgencia para que saliera como maldito monstruo a reclamar porque tanta insistencia sin saber, que soy yo la maldita urgida por que me folle.

Después de varios minutos, apareció un Alessandro molesto, completamente rojo de las mejillas pero malditamente atractivo, aunque de solo pensar que así puede recibir a cualquier vecina me cabreo un poco.

-¿Nena, que haces aquí?

-Hola guapo, no podía esperar hasta el fin de semana y creo que ayer fui muy terca y desobediente al provocarte.- Justo en ese momento me avalance sobre de él y comencé a besarlo de manera hambrienta.- No se que le sucede a mis hormonas pero estoy deseando que me dejes las piernas temblando.

-Pues tus deseos son ordenes hermosa, ven conmigo.

Cerró la puerta detrás de mi y me llevo en brazos hasta su habitación, donde me dejo delicadamente sobre su cama. Automáticamente nos deshicimos de nuestra ropa aunque Alessandro me contempló durante varios minutos para después deshacerse de mi conjunto y pasar a lo interesante.

-Eres hermosa nena, no sabes lo mal que me pones.- tomo mis pechos con sus manos y comenzó a jugar con ellos.- Me vuelves loca Morgan

Lo que él no sabía era la manera en la que me ponía con un solo beso. Mis hormonas comenzaban a brincar dentro de mi, mientras que mi vientre bajo brincaba y punzaba, mis pezones ardían y mis labios ya quemaban.

-Te necesito adentro Alessandro.

-Mmm, veo que mi nena esta demasiado necesitada y sabes que yo siempre voy a cumplir tus deseos, ven nena.

Alessandro me acomodo sobre de él, quedamos frente a frente y justo antes de que se clavara en mi, me dio un beso tierno. De un momento a otro se enterró en mi de un solo golpe y aunque me dolió, lo disfruté.

-¿Estas bien nena?.- se detuvo de golpe y se me abrazo.- ¿Te lastime cierto?, perdóname.

-Estoy bien, solo no dejes de moverte por favor, tengo que acostumbrarme a su tamaño.- lo tome muy fuerte de los hombros y me senté, para tener más profundidad.- Ay dios mio, extrañaba esto.

E N T U P I E L  |B O R R A D O R|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora