-Mamá...- dos golpes en la puerta de nuestra habitación. -Papá-. otro dos golpea a la puerta. -Es hora de ir al colegio...
Leah soltó un gruñido.
-Ya levántate mamá...- Ethan volvió a llamar del otro lado de la puerta.
-Ya vamos- le respondí.
Se escucharon los pequeños pasos del niño alejarse.
-Deberíamos esperar...- murmuró.
-No, ya está decidido- interrumpí a Leah porque se lo que iba a decir. -Tú fuiste la primera que dijo que Ethan necesita ir al colegio e interactuar con niños de su edad...
Leah se removió entre mis brazos soltando un bufido.
En los últimos días ha estado muy sensible con el tema que si pequeño ya vaya a ir al colegio y para ser honesto yo también nunca pensé que Ethan crecería tan rápido.
-Hay que darnos prisa o volverá a venir.
-Te amo- le digo y le doy un beso en la frente.
-Te amo- responde, me estrecha entre sus brazos antes de levantarse.
La veo salir de nuestra habitación y yo todavía me quedo cinco minutos recostado antes de levantarme y meterme al baño a ducharme, cuando entro a la cocina mis dos hijos están en sus lugares desayunando mientras Leah prepara la lonchera de Ethan.
-Amelie no le des de tus cereales al perro- le dijo Leah a la niña.
-Cinco mamá...- le respondió ella alzando su manita mostrando sus cinco deditos.
-No cariño...
Amelie hizo un puchero cuando me vio
-Tú papá no te va a salvar señorita...
-Come princesa- le digo sentándome a su lado.
-Mamá, ¿Porqué Amelie no va al colegio conmigo?- le preguntó Ethan a Leah.
-Aún es pequeña.
-Y yo ya soy mayor ¿verdad?
-Si ya eres un niño grande-. le responde Leah con una gran sonrisa pero se le puede ver lo sentimental que está.
-Voy a cambiarme-. su voz se escucha entrecortada. -Te encargas...- me dice yo solo asiento.
-Papá- me llamo Amelie.
-¿Qué pasa cariño?
-Me compras otro vestido de princesa- me dice señalando el que lleva puesto.
-Después de ir a dejar a tu hermano en el colegio-.
-Siii- festejó.
No puedo negarme a esos ojitos brillosos iguales a los de su madre y sonrisa.
-Papá ya terminé de desayunar- me avisa Ethan.
-Yo también papá...- Amelie me mostró su tazón casi vacío.
-Ahora vamos a lavar nuestros dientes-. les dije.
Después de hacerlo nos quedamos en la sala de estar en espera de Leah.
-¿Ya nos vamos?- me preguntó Ethan que ya estaba con su mochila junto a la puerta de la casa.
-Hay que esperar a mamá...
-Mamá siempre se tarda mucho-. se quejó.
Me quería reír pero no lo hice.
-Lo sé... pero debes aprender a...
-Eso que acabo de escuchar es una queja- Leah nos grita desde la mitad de las escaleras.
-No- digo rápido.
-Mamá tú siempre...
-Ya vámonos...- interrumpo al niño. -No quieres problemas con mamá- me acerco a murmurarle.
-No entiendo- me responde con un murmuró.
-Cuando seas más grande te lo explicaré.
Frunció su pequeño ceño y asintió. Leah a lo lejos nos miraba con una ceja arqueada y una sonrisa ladeada.
Tras asegurar a los niños en sus asientos dentro del auto salimos con dirección al colegio.
El colegio está cerca de nuestra, el amigo de Leah, Joe fue de gran influencia a la hora de elegir colegio pues su hijo asiste a este colegio y le dijo a Leah lo bueno que era.
Desde que subimos al auto Leah entrelazo su mano a la mía, la conozco lo suficiente para saber que está por sufrir algún tipo de crisis.
Me detuve a unos metros del colegio.
-Y si...
-Ya lo hablamos más temprano.
-Pero mi bebé- Leah soltó un sollozo.
-Ya estamos aquí y no puedes retractarte.
-Hay que hacerlo antes que llore como una patética...- soltó mi mano y ambos bajamos del auto.
Leah ayudó a Ethan con el seguro de su silla y a bajar mientras yo hacía lo mismo con Amelie, esta era una escena de la típica familia y me gusta y la disfrutaré pues no podré hacerlo muy a menudo.
Mientras unos niños lloran Ethan se ve muy emocionado y tira de la mano de Leah para que camine más rápido.
-Cariño- se agachó a su altura. -Recuerda portarte bien...
-Si mamá.
-Bien- lo tomo de las mejillas le dio un beso en la frente y luego otro en cada una de sus mejillas. -Dame un beso...
Ethan le dio un beso en la mejilla. -Te amo mami...
-Yo también mi amor...
-Papá ya me voy- me dijo impaciente viendo a los demás niños entrando al colegio.
Cuando Leah me quitó a Amelie de los brazos para que pudiera despedirme de Ethan note las lágrimas acumuladas que tenía.
-Haces muchos amigos- le dije y él asintió.
-Noah... Noah- Amelie gritó llamando a su amigo.
En cuestión de nada el niño junto a su papá llegaron hasta donde estábamos nosotros.
Los niños se saludaron muy emocionados pues hace mucho que no se ven.
-Recuerdo el primer día de Noah- dijo mirando a Leah. -Después de una semana ya se volvió normal.
-Eso espero-. murmuró Leah.
Un último beso por parte de Leah a nuestro hijo mayor y lo dejó irse junto a Noah.
-Yo quero ir con ellos- dijo Amelie.
-Hay que esperar uno o dos años y podrás ir con ellos-. le respondí.
Se quedó feliz con mi respuesta pues rodeó sus bracitos por mi cuello y me dio un beso.
Leah no perdía de vista a Ethan quien era recibido por una profesora que le indicaba hacia dónde debía ir.
La acerque a mi cuando la escuche sollozar más alto, recargó su frente en mi pecho.
-Ya no llores...
-¡Déjame! Disfrutar de esto porque cuando sea mayor solo me quedara el recuerdo de este día, se van acabar los te amo mami, los besos y seguramente no querrá ni que baje del auto.
Espero que les haya gustado y si fue así no olviden votar y comentar.