Es normal encontrar paparazzis en este aeropuerto así que no me sorprendió cuando el chofer que vino a recogernos me aviso de ellos. Así que fue por eso que decidí que lo mejor sería que mis hijos y mi mejor amiga en compañía del guardaespaldas salieran por una puerta alterna alejada del alboroto que los paparazzis ocasionan y no exponerlos.
-Vámonos, por favor- le pido al chofer.
Con ayuda de un guardia de seguridad del aeropuerto logre llegar a la camioneta donde me esperan.
-Los odio- gruñó bajito solo para que Ximena me escuche.
-Solo quieren una nota, tranquila- Ximena me da palabras de apoyo.
Aguantó las ganas que tengo de llorar, pero más de tristeza es enojo. Me sentí tan pequeña tan impotente.
Que me dejen en paz a mi y a mis hijos y se vayan a perseguir a la pareja del año.
Esto es tan frustrante.
Mientras nos incorporábamos al tránsito miro por la ventana, los grandes edificios, los transeúntes que van y vienen cada uno perdido en su mundo me decían que estaba en casa y eso me relajo por extraño que parezca, solté un gran suspiro lleno de tranquilidad.
Mire un momento a Amelie que se había acomodaba en mis brazos para dormir, después a Ethan que miraba por la ventana del otro lado, muy entretenido contando los autos amarillos, ellos son lo único que importa.
Después de más de una hora de camino llegamos a nuestro destino y con ayuda del chofer que nos mandó mi mamá, bajamos las jaulas donde vienen las mascotas y el equipaje, Ethan no se separa de mi al ser un lugar extraño para el, yo sigo con Amelie en brazos y Ximena ayuda con las maletas y seguimos al chofer.
Pasamos por recepción el portero nos saluda amable y el chofer se encarga de poner el código para el piso de mi mamá en el ascensor.
Nos quedaremos unos días días con mi mamá, ya que no es una opción vivir en la casa que compré con Harry en esta ciudad, no quiero entrar al que una vez fue nuestro hogar. No
-Abu Ellie- grita Ethan en cuanto ve a mi mamá que nos esperaba justo frente a las puertas del ascensor privado.
Mi mamá se agachó para recibirlo con los brazos abiertos, mi hijo corrió hacia ella, hace tanto que no la ve al menos que no sea por una pantalla.
-Que guapo y grande...
-Lo se...- le responde Ethan muy casual mientras se desase del abrazo y camina hacia la sala de estar.
-El ego de su padre- murmura Ximena.
-Y su abuelo- dijo mi mamá refiriéndose a mi papá.
-Subiré las maletas y las mascotas- comentó el chofer.
-Desocupe el estudio del final de pasillo para los animalitos- le respondió mi mamá.
El chofer le mostró una leve sonrisa antes de subir por las escaleras.
Esa mirada entre ambos.
-Señor- Ethan corrió tras el chofer. -Yo le ayudó con Mishi.
-Ten cuidado al subir y no dejes salir de la habitación al gato- le digo.
-Descuida ya tome antihistaminicos y estaré bien por un rato- dijo mi mamá mirando hacia donde su chofer esperaba a Ethan y lo vigilaba mientras subía.
-¿Qué significa esa mirada?- pregunté curiosa.
-Nada...
-Ya conociste a nuestro nuevo papá- mi hermana gritó saliendo del ascensor.