Loki!¡

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El dios nórdico de la mentira y el engaño era un dios para nada serio, no podía estar serio por más de 10 segundos, y eso era incluso un récord para el y todos a su alrededor.
Podía llegar a ser un Dios molesto, que hacía cualquier cosa para molestar y divertirse un rato o unos minutos, hasta que otra broma llegara a su cabeza y la ejecutara.

Pero, como todos en el Olimpo, había una contraparte, así como existía el dios del engaño y la mentira, existía la diosa de la verdad y la honestidad, y esa diosa era, obviamente, el foco principal de Loki.
Sancus, la diosa de la verdad, honestidad y los leales, era una diosa que contaba con gracia, belleza e inteligencia, siendo así, de las más disociadas y con más envidia del olimpo.

No pasaba un día sin que la molestara o la hiciera caer en sus bromas, desde bebidas con sal hasta una vez crear un pozo ciego en las escaleras y hacerla caer, y aunque terminara con un regaño severo por parte de su tío, no se arrepentía de nada.
Si ella era su contraparte "buena", entonces debía probar un poco de lo que él era, ¿No? Lo peor que podía pasar era que le corten la cabeza o que Odín lo termine tirando desde la pared más alta del palacio, no mucho.

-¡Sancus! ¡Mí diosa! Le hice un pastel para usted...-el cocinero humano de su palacio se le había acercado con un pastel en manos, era raro, porque jamás había pedido uno, aunque le gustara lo dulce, algo no tenía buena pinta.
-Mi cocinero fiel y querido, deberé rechazar su comida ahora mismo, tengo que ir a juntarme con el resto del congreso, tenemos cosas que planear, ¡comelo tú! -le dedica una suave y compaciente sonrisa.
-Porfavor, mí diosa, comalo... Es una receta nueva para usted...-con una reverencia, vuelve a darle el pastel, cosa que no logra rechazar otra vez, la verdad era que le gustaba mucho y quería comer algo antes de salir.

Mala idea.

10 de los 12 dioses del olimpo estaban en una mesa redonda, amplia y con un mantel blanco sobre esta, charlando cada uno por su lado.
Zeus hablando con Hermes de una partida de ajedrez.
Afrodita, con sus típicos Golems, coqueteando con Ares.
Lo normal, solo faltaba poseidon, quien del cual no se esperaba la presencia, y de Loki, quien misteriosamente no estaba ahí, cuando había dicho que iba a asistir.

Hermes se había quedado en silencio cuando la había visto entrar, Afrodita se había asombrado, casi dándole un ataque al corazón al mirarla.

-Señorita Sancus, ¿Se encuentra bien...? -Zeus la miraba, con extrañesa y preocupación, como a muchos dioses y semi dioses, la había criado como su nieta más cercana.
-Si, Zeus, ¿Porqué lo dices? ¿Porqué me miran así? -Afrodita hace que le tiendan un espejo con rapidez, mucha.

Tenía el rostro lleno de manchas rojas que invadian cada vez más su rostro completo y cuello, llegando también hasta las manos y hombros, eran ronchas que pronto comenzarían a doler y picar, y a apenarla mucho.
-Y-yo...ah, esto es vergonzoso -exclamó la diosa con sinceridad- me retiraré al baño un momento, ya vuelvo -haciendo una pequeña reverencia para los presentes, quienes ya la miraban con preocupación, sale de la sala, para prontamente empezar a correr a los baños de osio.

Sentandose al borde de una de las grandes y profundas bañeras, se mira la cara y que tanto había afectado su cuerpo.
Y sabía bien de quién era esa broma.
-Loki, ya mismo te transformas o juro que te pisaré y te torturaré con cada cosa que tenga a mano. -mira una mosca en un espejo cercano mientras se lavaba la cara con el agua tibia, quien se transforma en el dios de cabellos verdes con una pequeña trenza, quien reía, casi a carcajadas de ella, tirándose al piso ya del ataque de risa.

-No es gracioso, me duelen a decir verdad. -responde, secándose-
-¡Estás toda roja! ¡Pareces un volcán! ¡Por Zeus, es lo mejor que se me había ocurrido en décadas! -secandose las lágrimas, la mira otra vez, yendose a sentar a su lado, para mirarla más de cerca y seguir riendo.
-¡Para ya y dame una solución!
-Y-ya, ya...-intentando calmarse como podía, saca de su bolsillo una pequeña crema, quien la que estaba a su lado mira con desconfianza- ¿Qué? ¡¿Alguien tuvo que hacer el pastel, sabés?! ¡Mínimamente dame las gracias!
-¡SOLO QUITAME ESTO DE LA CARA, LOKI! -más que asustarlo, le provoca otro ataque de risa, y cuando se limpiaba las lágrimas, despues de su momento de risa otra vez, abre la pequeña crema y, sorpresivamente, se la empieza a poner suavemente en la cara, ya las ronchas habían empeorado la situación un poco más, ahora llevando a dolerle con el tacto, haciéndola quejarse más de una vez,y eso que solo iba por la mitad de una mejilla, faltaba el cuello, pecho, manos, piernas y en general la mayoría del cuerpo.

-Loki, eso duele... Te pasaste esta vez.
-Ese es mi toque personal, mi querida diosita -tomandole el mentón,sigue con su tarea de ponerle la crema que poco a poco iba bajando el dolor y el enrojecimiento, estaba siendo muy suave con ella.

Aunque no aceptaría jamás que se había pasado con su broma, lo mínimo que podía hacer era darle una solución para el problema que le había causado, tampoco iba a admitir que le gustaba tocarla o estar cerca de ella, cosa que era obvia.
-Loki, me duele...
-Quedate quieta, tengo que terminar este lado, ¡ven! -el dios se había sentado a su lado, tomándole con suavidad las manos y poniéndolas cerca de él.

Aunque eran opuestos totalmente diferentes, con diferencias marcadas hasta en plena vista, realmente tenían una química inigualable, comparado con otros dioses, que incluso estaban casados, sorpresivamente Loki le era muy fiel y cercano, siendo las bromas solo un medio más para estar cerca y, de paso, divertirse un poco con ella y de ella, todo en límites sanos (de vez en cuando).

Si bien a él le encantaba hacerle bromas, de vez en cuando y en privado se reunía con ella, para escucharla leer, o sus sermones a sus creyentes fieles, sobre la verdad y la honestidad, cosa que si bien no le interesaba, escucharla hablar con tanta convicción era algo impresionante, no le sorprendía porque en cada congreso en el Varhalla por la supervivencia de la humanidad votara a favor de los mismos, teniendo gente fiel a ti y a tu palabra así, ¿Cómo podrías eliminarlos?

Eran opuestos atraídos naturalmente, la delicadeza que mostraba Loki en ese momento era impensada e incluso otros dioses pensarían que era una copia haciéndose pasar por él, Odín incluido en este último grupo.

Mientras él hacía que sus ronchas curen y el enrojecimiento baje, se había dedicado a mirarlo, era un dios atractivo, si bien podía ser molesto, era muy atractivo para todos y todas las que lo vieran, su trenza era un detalle que nunca pasaba por algo, y, cuando se lo pedía, ella misma se la hacía, siendo la única en lograr tocarla, también solía pintarle las uñas o probar colores nuevos en él, mientras le hablaba de algún chisme entre Afrodita y otros dioses, le gustaba escucharlo,y, siendo honesta, le atraía tanto como a él le atraía ella.

Mirándose como si el mundo no existiera, o como si el no se hubiera hecho pasar por su cocinero y hecho un pastel con polvos algo tóxicos, ambos se habían empezado mirar y acercar lentamente, dejando de lado la crema y acariciandole la mejilla que ya tenía bien, estaban en un momento meloso, único y perfecto, como sus existencias.

Portazo

-¡Craa! ¡ustedes 2 vengan aquí ahora!
-¡Loki, estás de nuevo en problemas! -hablaron los 2 pájaros de distintos colores en los hombros del hombre de semblante oscuro que había entrado al cuarto de osio, buscando a su sobrino y a la diosa afectada por las fechorias de su sangre, Zeus le había contado.
-¿¡No ven que estamos en algo!? -mufó el dios peliverde, mientras la diosa a su lado se escondía en su vergüenza.
-Loki, ve a mí panteón en 5 minutos, vamos a hablar seriamente. -retirandose, la omnipresencia se había ido con sus pájaros haciendo burla de Loki, quien ya planeaba como hacerlos sopa.

Volviendo a mirar a la diosa a su lado, le planta un besito pequeño en la nariz, sin vergüenza alguna, era un descarado.
-Me debes este momento, pronto me lo pagarás, ¿Entendiste?, Si me presento de sorpresa en tus aposentos no te sorprendas, ¡oh! Y Luigi está atado en la cocina de tu Panteón -sonriendo, el dios se había levantado para irse, y antes de que pudiera reclamarle algo, la había empujado al agua para salir corriendo como un niño.

Eran como Agua y aceite, pero se querían mucho y demasiado.

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Mr. Loverman (shuumatsu no valkyrie/RoR one shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora