Mr. Loverman (shuumatsu no valkyrie/RoR one shots)

!¡especial:Poseidon!¡

Escribir historias era una tarea difícil, más cuando la tarea no acababa en solo escribirla, sino también ilustrarla, y eso era la tarea más difícil que tenía.

El diseño de los personajes, los diálogos, las personalidades, intentar que no quedara vacío, que los personajes salgan igual en cada posición que se requería, era una tarea que podía dejar exhausto a cualquiera, pero claro, no a ella.

Ella lo había empezado como otra parte de su saga de comics para satisfacer a sus fans, y si el público lo pedía, ¿Porqué no hacerlo?.

El comic debería ser lanzado pronto, las noches en las cuales no había pegado ojos, a una luz cerca de los papeles que conformaban una historia a medio hacer, los colores gastados iban a valer la pena pronto, siempre lo hacían si era algo que ella hiciera, iba a tener frutos buenos, siempre los tenía.

Solo le faltaba terminar unos pequeños detalles, y estaría listo para terminar y poner su bella firma, nisiquiera necesitaba poner algo más, pues su historia era perfecta, claro que lo era.

Todo lo que saliera de su mente era perfecto, desde pequeña había sido una prodigio verificada, ¿Porqué algo podría salirle mal si ya había calculado todas las posibilidades antes? Lo había hecho perfecto, podría descansar sabiendo que no faltaba absolutamente nada.

Y esa noche sería la noche en la que por fin lo terminaría y pondría su firma final, había calculado los días justos par hacerlo, y tenía una fecha límite establecida, la cual iba a cumplir cueste lo que le cueste.

Era una triunfadora, una extremadamente fría y orgullosa, orgullosa de ella misma y de su mente, con un ego enorme, había sido exitosa desde temprana edad, adelantada a todos sus compañeros de escuela, haciendo su propio camino, por su propia cuenta, sin ayuda de nadie, nisiquiera de sus padres, y eso que todavía era una niña.

Aunque tenía una cualidad que podría molestar o agradar al resto, Jamás de los jamases había mirado a alguien a los ojos.

Nisiquiera a sus propios padres, o a los pocos amigos que con el tiempo se fueron yendo, a nadie, nadie merecía que su ser mirara a los ojos de gente distinta a ella, se lo habían enseñado desde niña.

Desde niña le decían que era inteligente y mejor que todo su medio, si lo era, debía ser como tal, y se había acostumbrado a jamás ponerse bajo nadie, en cambio, a estar sobre todos, nadie era digno de estar a su nivel, absolutamente nadie.

Era una figura hermosa y misteriosa, como también complicada de tratar, solo un genio podría estar con esa mujer, o alguien similar a ella, y en una sociedad como la humanidad, claro que nadie era como ella, absolutamente nadie.

El reloj asomaba las 3 A.M, ya había pasado su hora de dormir, y ahora estaba más fastidiada que nunca con su propia creación, su hora de descansar y reposar su cabeza sobre su almohada era su momento más importante del día, e iba a respetarlo como tal aunque atrasara su tiempo de entrega para su libro, pero esperarían, estaban desesperados por tenerlo, tanto así, que esperarían lo que fuera necesario por otra entrega, parecían perros sedientos.

Acomodando su lápiz en la posición perfecta, se levanta de su escritorio y sale de la oficina que tenía en su hogar, para acomodar su bata y yendo a su cuarto, a dormir por fin, no iba a dejar pasar ni un minuto más.

Caminando a su cuarto, nota una luz bajo una puerta, la cual no se suponía que debía estar ahí, entrando al cuarto, se encuentra con un lugar completamente diferente de su hogar, parpadea, con notable confusión.

Más confusión tiene cuando un par de personas se le acercan, hablándole muy rápido y ofreciendoles cosas, cierra la puerta rápidamente y se dirige corriendo a su cuarto, tal vez eran alucinaciones, tal vez del ligero dolor de cabeza que tenía, o ya se había dormido, era lamentable, porque al otro día despertaría con dolor en su columna vertebral.